La actitud interior lo es todo

Pipis
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Samuel era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía:
-Para poder estar mejor, tendría que ser mi gemelo.
Era un gerente de restaurante unico porque tenía varias camareras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la cual las camareras seguían a Samuel era por su actitud interior.

Él conseguía, sin dificultad, levantar el ánimo de lso que lo rodeaban. Si un empleado tenía un mal día. Samuel estaba allí para decirle cómo ver el lado positivo de la situación. Ver éste estilo de persona realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Samuel y le pregunté:

-No lo entiendo…, no es posible ser una persona tan positiva todo el tiempo… ¿cómo lo haces?

Samuel respondío:
-Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: ¡Samuel, tienes dos opciones hoy! Puedes escoger estar de buen hyumor o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo puedes escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado posirivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida.

-Sí… claro… pero no es tan fácil -protesté
-¡Sí lo es!- Dijo Samuel
-Cuando le quietas todo lo demás, todo en la vida es un asunto de elegir. Cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionar en cada situación. Tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen: tú eliges cómo vivir la vida.

Reflexioné sobre lo que Samuel me dijo. Poco tiempo después dejé el tema de los restaurantes para iniciar mi propio negocio. Perdimos el contacto, pero cuando tenía que hacer una elección en la vida, con frecuencia seguía el ejemplo de Samuel, en vez de reaccionar contra ella.

Varios años más tarde me enteré de que Samuel fue asaltado pro tres ladrones armados. Tembloroso, casi paralizado por el miedo, tardó tanto en darles la recaudación de la noche que le dispararon sin piedad. Lo encontraron relativamente pronto, tuvo suerte. Lo llevaron a urgencias.
Después de dieciocho horas en el quirófano y semanas en cuidados intensivos, Samuel fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en el cuerpo.

Me encontré con Samuel seis meses después del atraco. Cuando le pregunté cómo estaba, me respondió:
-Para estar mejor, tendría que ser mi gemelo…
Le pregunté qué pasó por su mente en el momento del asalto. Contestó:
-Cuando estaba tirado en el suelo recordé que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir .
-¿No sentiste miedo? – le pregunté
Samuel contestó:
-Los de la ambulancia fueron geniales. no dejaban de decirme que todo iba a salir bien. Pero cuando me llevaron a l quirófano y vi las expresiones de los médicos y enfermeras, realmente me asusté… Podía leer en sus ojos “Es un hombre muerto…”. Supe entonces fque debía tomar una decisión.

-¿qué hiciste? – pregunté
-Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, y respirando profundo grité: “Sí, a las balas…” Mientras se reían, les dije:”¡Muchachos, he escogido vivir…! Opérenme como si estuviera vivo.. no muerto.”

Samuel vivió por la maestría de los médicos, pero, sobre todos, por su asombrosa actitud interior.
Aprendí que cada día tenemos en nuestras manos la maravillosa posibilidad de elegir vivir. La actitud interior, finalmente, lo es todo.

Anónimo

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