Lightyear (2022)

En 1995, Andy recibió un juguete de su película favorita, y ahora, es nuestro turno para conocer la historia que fascinó a ese pequeño -protagonista de Toy Story– en el cine al ver una película de ciencia ficción.

La historia desafía a un intrépido Buzz, a separar su deber como Space Ranger, y al mismo tiempo comprender que es digno de ser amado, y no por ser perfecto, sino aceptando que tiene defectos. Y nos recuerda que el personaje no lleva una continua aventura en solitario, como apraentaba ser en su forma de juguete.

El mensaje es bueno, pero quizá se aborda de una manera más suave a lo que Pixar nos tiene acostumbrados. Después de todo, las películas de Disney-Pixar suelen darle sentimientos a objetos y formas de vida que a menudo no los muestran claramente.

Seguramente funcionará y será notado por algunos, pero a la vez puede pasar desapercibido por otros. Técnicamente, es una película para niños, la historia por ejemplo, muestra una verdadera falta de voluntad para llamar la atención a Buzz mientras éste excluye descuidadamente a quienes lo rodean.

Buzz está en una misión junto con su compañera Alisha, para analizar si un planeta es habitable. Pero algo sale mal, él y toda su comunidad se quedan varados. Buzz; sin embargo, está dispuesto a salvarlos, y comienza a hacer varios viajes al espacio para encontrar la manera de hacerlo.

Pero el tiempo transcurre diferente para él, y lo que fueron algunos días para él, fueron años allá abajo. Por lo que ahora tendrá que salvar a las nuevas generaciones y enfrentarse al sistema de gobierno que se ha creado, además de a un villano inesperado.

Toda eso pasa en los primeros minutos de la película, de ahí en adelante la película se vuelve un conjunto de aventuras en el espacio sin mayor pretensión que la de divertir y llevar a los personajes hacia el final esperado y con contratiempos.

Lightyear en sí es una dulce reflexión sobre el valor de la amistad, una historia de origen que le da al personaje principal un sentido de propósito y un viaje rápido a través de un mundo cósmico a menudo impactante y hermoso.

Hay un gato robot llamado Sox; lo que alimenta una aventura espacial encantadora y, a veces, bastante divertida.

Eso sí, quizá al final te preguntes si realmente necesitábamos o no a Buzz Lightyear en la película, o hubiera funcionado igual con cualquier otro hombre del espacio, después de todo, éste no deja de trabajar en sus problemas para equilibrar su existencia entre el trabajo y la vida. Al igual que todos nosotros.