Venom: Carnage Liberado (2021)

Venom se refiere al veneno segregado por escorpiones, arañas y serpientes, inyectada en sus presas o agresores, pero también se refiere a la extrema malicia y amargura en las actitudes y acciones de una persona.

En Venom: Carnage Liberado, Eddie Brock asiste a la jefatura policial. Se le pide que se entreviste con un demente, acusado de asesinato, llamado Cletus Kasady, quien insiste en hablar con el reportero.

Aunque el propio Brock parece estar loco, ya que constantemente conversa consigo mismo de manera iracunda. Eso sí, nadie sabe que tiene habitando en su interior.

Esta es la secuela de la cinta de 2018, que cuenta la historia de origen del villano de Marvel, y parece tener varios problemas.

El primero es que si bien la trama tiene aspectos intrigantes y sorprendentemente oscuros, y utiliza buenos gráficos para ilustrar el mundo macabro habitado por Kasady, este tono se diluye hacia el segundo tercio, con una historia manoseada: cómo un monstruo engendra a otro.

Ahí habría un área de oportunidad para el director, de dotar de complejidad a los personajes; pero muy rápido se cae en clichés y podemos adivinar con facilidad lo que sigue.

Además, el personaje de Kasady parece una parodia de Asesinos por Naturaleza, y en general los actores son desperdiciados o simplemente no tienen que ofrecerle a la cinta. Al final, muchos de los chistes no lo son, y caen muy pesados.

Eso sí, a los fans de la primera, les encantarán los efectos del simbionte cada vez más ensangrentados, aguados y dientudos, más los montones de acción a cargo del CGI. Para los que no tenemos esa afición, este veneno no es santo de nuestra devoción.