TRON LEGACY rejuvenece a Jeff Bridges

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TRON LEGACY rejuvenece a Jeff Bridges

Un sentimiento de deja vu invadirá a los fans de Jeff Bridges cuando lo vean en pantalla en Tron: El Legado (Tron: Legacy, 2010).

Si bien el actor californiano de 61 años tiene una carrera llena de éxitos, su doble aparición en la producción de los Estudios Disney dará mucho de que hablar al aparecer en versión joven y mayor, logrando cerrar el 2010 como un año muy importante para él.

De entrada ganó premios al por mayor por su trabajo en Loco Corazón, incluyendo el Óscar, en su quinto intento de hacerse merecedor de la prestigiada estatuilla.

Se dio gusto explorando su faceta musical y cierra el año con la secuela de uno de sus trabajos de culto más reconocidos (Tron, 1982), y con el nuevo drama de los Hermanos Coen, True Grit (2010), el remake donde interpreta el rol que le valió el Óscar a John Wayne en 1970.

Y para variar, ya hay charla de Óscar otra vez, lo cual lo puede convertir en uno de los pocos actores en ganar estatuillas en años consecutivos (Tom Hanks fue el último en hacerlo por Filadelfia y Forrest Gump en los 90).

La cita con Bridges es en las oficinas de Digital Domain, en Venice, California, la reconocida compañía de efectos especiales que trabaja en la postproducción de Tron: El Legado.

Entre modelos miniatura de otros filmes en los que ha trabajado la compañía, el actor se apodera de una oficina para ofrecer entrevistas dos meses antes del estreno del filme.

En la cinta interpreta a dos personajes: Kevin Flynn, el héroe ya envejecido que realizó hace 28 años en la Tron original, y Clu 2.0, su alter ego en el mundo computacional, que no ha envejecido nada.

Para poder hacer su versión joven, el equipo de efectos especiales capturó la actuación completa de Bridges con sensores (motion capture) y le dio una rejuvenecida, muy al estilo de El Extraño Caso de Benjamin Button.

El actor, que acababa de ver pietaje de él en su versión joven, se encuentra maravillado por la tecnología.

“Por el lado positivo va a ser maravilloso para un actor interpretarse a cualquier edad. Si ves una película y te cambian al actor de uno joven a uno mayor te desconectas, sobre todo si cambian de tiempo constantemente.

“Pero ahora puedo ser yo a cualquier edad, como un hombre viejo o en cualquier momento, hasta podría ser un niño de 4 años. Y eso es genial”, explica con tono calmado y amable.

Para seleccionar el mejor “look” de Bridges joven, los magos de los efectos especiales usaron como referencia el filme El Poder y la Pasión (Against All Odds), de 1984, donde el actor estaba en la cúspide como símbolo sexual.

“Para cada papel pienso en lo físico del personaje y en ése era un jugador de futbol americano, y sabía el tipo que buscaba el director Taylor Hackford, el típico galán atleta, y me puse en forma para eso. Creo que fue una buena decisión usar a ese hombre de modelo para Clu”, cuenta entre risas.

La primera Tron fue considerada revolucionaria en su época, pese a que nunca se convirtió en la siguiente Star Wars, como todo proyecto de ciencia ficción de grandes estudios anhelaba ser.

Mucho ha cambiado en la manera de filmar en los 28 años que han pasado entre los dos proyectos.

Pues con la original llevabas celulares en maletas, no había internet, no había laptops; era un mundo diferente. Aunque se veía muy tecno eran básicamente sets blancos con cinta pegada, filmada en 70 milímetros y pintado a mano en Corea, por lo que la tecnología es muy diferente, sobre todo con esto del motion capture y los efectos digitales”, asegura.

Tras terminar Tron: El Legado, el actor se trasladó a trabajar con los Coen en True Grit, pasando del mundo futurista al del Viejo Oeste.

Independientemente de las necesidades de cada filme o personaje, Bridges trabaja sus proyectos de manera similar.

“La experiencia es diferente, pero la abordo básicamente igual: el guión te dice lo que vas a ser, cuando hago una película intento ver el mundo a través de un filtro de ese personaje, me gusta observar a su alrededor para ver qué voy a usar y hago eso sin importar lo que interpreto”, agrega. FUENTE: Eduardo Molina.

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