McFarland: Sin Límites (2015)

Entrega, espíritu, corazón, sacrificio podrían resumir la historia de los corredores de McFarland. Sin embargo, es esa vieja tradición mexicana, el cobijo y la hermandad, la que la hacen especial.

Basada en hechos reales, McFarland: Sin límites (McFarland USA) rescata valores como el trabajo, honestidad, esfuerzo, solidaridad, disciplina y dedicación.

El filme muestra la vida de una comunidad conformada por mexicanos llamada McFarland, cuyo rol de trabajo para niños y adultos se reduce a la recolección de lechugas en campos de cultivo en California.

La vida en ese lugar, es muy parecida a la que todavía se vive en zonas rurales de México, lejos de una gran ciudad.

“Todos podemos vivir el sueño americano”, aun cuando un “americano” es quien lo está buscando en Estados Unidos.

Jim White, un entrenador de futbol americano llega a McFarland como su última opción de empleo, pero a mejor lugar no pudo haber arrivado. La comunidad, sin prejuicio alguno, le da la bienvenida como si fuera uno de ellos.

La población californiana parecía estar olvidada dentro de su propio país. Sin embargo, la discriminación no tenía cabida dentro de sus habitantes, que siempre traen dibujada una sonrisa en la cara.

En su nuevo empleo, Jim White y sus estudiantes de McFarland tienen mucho que aprender uno del otro, pero cuando “el coach” nota la extraordinaria habilidad de los chicos para correr, las cosas comienzan a cambiar.

Algo más allá de la condición física de los jóvenes impresiona a White: el poder de las relaciones humanas, la familia, y su inquebrantable compromiso hacia el prójimo y su increíble ética laboral.

Con agallas y determinación, los siete jóvenes lograrán no sólo competir en un campeonato de Cross-Country, sino también forjar un sólido legado.

A lo largo del tiempo, Jim y su familia se darán cuenta de que han encontrado un lugar al cual llamar hogar, y tanto él como su equipo alcanzarán sus propias versiones del sueño americano.