Beowulf: La Leyenda (2007)

No todos los héroes son como los pintan, pues habrá algunos que tengan su lado débil, su talón de Aquiles.

Al menos éste es el caso de Beowulf, quien es un guerrero casi invencible que mata monstruos a golpes y se lía a espadazos con dragones, pero al que también se le doblan las rodillas por la lujuria que le provocan las mujeres hermosas.

Beowulf: La Leyenda, la más reciente cinta del director Robert Zemeckis (Volver al Futuro, Forrest Gump), filmada bajo la técnica performance capture, la cual ofrece al espectador una experiencia visual fuera de serie.

La historia relata las andanzas del vikingo Beowulf (Ray Winstone) quien es solicitado por el Rey Hrothgar (Anthony Hopkins) para que salve a su pueblo del monstruo Grendel (Crispin Glover) y de su demoniaca, pero sensual madre (Angelina Jolie).

Aunque Angelina Jolie aparece brevemente en la cinta, su participación es clave en el desarrollo de la historia y es por su atractiva imagen que nuestro héroe es tentado a dejar el camino del bien para abrazar el lado oscuro.

“La Madre de Grendel es un demonio y un ser seductor, a tal grado, que nadie lo hubiera podido hacer con tanta sensualidad como Angelina Jolie. Cuando se convertía en este personaje, era algo muy poderoso, ella hipnotizó a todo mundo en el set”, comenta Zemeckis.

Jolie explica que su personaje no se limita al cliché de la mujer fatal.

“Sí, ella es un monstruo, pero también es madre y esa es la esencia detrás de todo lo que hace. Yo pienso en ella como madre, si alguien lastima a tu hijo, tu irías al final de la tierra para vengarlo”, señala.

La actriz describe su papel como una lagartija sexy que puede asumir una figura humana perfecta.

“En cierto punto, Bob (Zemeckis) me dijo que me sintiera libre de cecear y yo pensé: ‘Hmmm, posiblemente tenga una lengua de lagartija’. Luego me dijo que pusiera mis pies como si trajera tacones altos y pensé que eso era agradable porque él quería que yo sintiera el personaje más sexy”.

Diez años de adaptación

Adaptar el poema épico de Beowulf, escrito en el inglés usado entre el siglo 8 y el 11, fue una labor que a los guionistas Roger Avary y Neil Gaiman les llevó 10 años terminar.

El proceso comenzó en 1995 cuando los escritores se tomaron una semana en Puerto Vallarta para crear el primer borrador del guión.

Los autores, quienes también son productores ejecutivos del filme, le dieron años después una copia a Zemeckis, quien de inmediato se apuntó para dirigir la historia.

“Cuando supimos que quería hacerlo con performance capture se nos abrió un mundo de nuevas posibilidades. Porque todo lo que imaginábamos podía ser llevado a la pantalla. No teníamos límite para describir detalles mínimos de una escena”, dice Gaiman.

Avary añade que, deliberadamente, dejaron el final en suspenso porque pensaron que era mejor que el público sacara sus propias conclusiones.

“Así es más divertido, porque seguramente sales del cine y cada quien tiene su propia versión de lo que pasa al final”, concluye. (Fuente: Eugenio Guzmán)