X-Men: The Last Stand (2006)

La tercera entrega de la saga del profesor Xavier y sus pupilos, X-Men 3: La batalla final, tiene un gran reto por delante. Ya es difícil realizar la adaptación cinematográfica de un cómic de manera que deje satisfechos a los fans y a la gente normal.

Esto ocurre cuando el protagonista es un solo superhéroe que debe enfrentarse a un villano, o cuando mucho a dos. Imaginen ahora lo duro de hacer una película sobre un grupo de superhéroes, donde no puede brillar nadie por encima de los otros y donde, además, serían unos montoneros si pelean ocho buenos contra un solo villano.

Sin embargo, se puede lograr. Un buen ejemplo de esto es X-Men 2 (X2: X-Men United). Su director, Bryan Singer, logró la interacción perfecta de 12 personajes, entre héroes y villanos, sin que la historia se cayera en ningún momento, ni se la comieran los efectos especiales.

En X-Men 3 hay por lo menos 16 personajes importantes y la batuta la lleva un maestro que fue escogido de último minuto, Brett Ratner, más conocido por realizar filmes de acción como Una pareja explosiva (Rush Hour) con Jackie Chan y Chris Trucker.

Los Expedientes Secretos “X”

Desde el final de X-Men 2, los fans saben que el paso lógico a seguir es la saga de Dark Phoenix. Esta historia data de principios de los ochenta y fue escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne; en ella (o al menos lo que se retoma para el filme), Jean Grey es poseída por un ente cósmico llamado Fénix, pierde el control de sus poderes y se vuelve enemiga de los Hombres X.

Lo que nadie esperaba para el tercer filme era la “cura” del gen mutante, que también viene de una historia publicada apenas el año pasado (por lo que no sabemos si en realidad los guionistas se basaron en ella). Fue escrita por Joss Whedon (creador de las series de televisión Buffy, la Cazavampiros y Angel), dibujada por John Cassaday y publicada en los comics Astonishing X-Men (del 1 al 6).

En ella se descubre una “cura” para el gen mutante a partir del remedio contra el virus legacy, mortal para los mutantes. Por lo mismo, Wolverine entra en conflicto con Bestia, quien desea tomar la cura para convertirse en un humano normal.

En la película, Bestia da con la cura gracias al patrocinio del padre de otro mutante, Ángel. Por supuesto, no todos los mutantes verán con malos ojos la supuesta cura, ya que representa la posibilidad de llevar una vida normal sin ser señalados por el resto de la humanidad.

Con esta premisa, la película parece estar bien sustentada en cuanto a guión se refiere, así que démosle un voto de confianza a Ratner y a sus posibilidades de llevar a buen término la saga iniciada por Bryan Singer… como si no la fueras a ver de todos modos. Fuente: Cinemanía