El Lorax en busca de la Trúfula perdida (2012)

“Una persona es una persona, no importa cuán pequeña sea”, decía el célebre Dr. Seuss. Con esta frase, el escritor e ilustrador estadounidense resumió muy bien su percepción y admiración por su público clave: los niños.

Pero la verdad es que los libros de este autor no sólo van dirigidos a los más jóvenes; la profundidad de su pensamiento y sus atinadas reflexiones tocan a los adultos también.

El pueblo de Thneedville es, en apariencia, un lugar como cualquier otro. Los niños juegan en las calles, las familias pasean tranquilas… Ah, y todo mundo compra su aire embotellado y le da mantenimiento a su árbol eléctrico.

Así es: en este pueblo ya no existen los árboles, ni el aire puro. Ted (Zac Efron) no le da mayor importancia a este asunto, hasta que se entera de que la chica que le gusta, Audrey (Taylor Swift), ansía tener un árbol para su cumpleaños. Ted decide buscárselo.

El niño de 12 años emprende entonces una aventura, en la que conocerá a un misterioso hombre llamado el Una-Vez (Ed Helms). Él le platicará la historia de cómo se extinguieron los árboles en Thneedville… y qué papel jugó un mítico personaje de nombre El Lórax (Danny DeVito).

Lógicamente, por tratarse de la adaptación de una historieta breve, la trama sufre diversas modificaciones con respecto a la original: hay más acción, mayor número de personajes y subtramas, y hasta números musicales… Todo con el afán de resultar más atractiva para los niños del siglo 21.

En este tenor, resalta en la película de Renaud (Despicable Me, 2008), una apropiación visual más vibrante de la obra del Dr. Seuss, aunque fiel en cuanto a las imaginativas ilustraciones.

El resultado es que, parte de la reflexión que busca provocar la pausada y más oscura historia primera, se pierda entre tanto elemento apantallante… aunque no por ello, resulte menos entretenida.

Así que en suma, esta cinta logra apelar -sin mucha profundidad- tanto a los niños como a sus papás. Pero no dejen de leer el libro. No importa si son personas grandes… o pequeñas. FUENTE: Adriana Fernández.