Vínculo paternal marca a los niños

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¿Recuerdas cuáles eran las escenas más comunes entre tus padres?, ¿se abrazaban o se tomaban de la mano?, ¿platicaban tranquilamente y con sentido del humor o discutían a gritos, se dejaban de hablar y nunca salían solos?

Si alguna de esas formas de convivencia coinciden con las que ahora tienes con tu pareja es probable que tus hijos las reproduzcan cuando decidan establecer su propia relación.

Está comprobado que el tipo de convivencia que observa el niño de sus padres es como una marca a partir de la cual construirá sus relaciones de intimidad futuras, asegura Judith P. Siegel, terapeuta familiar y autora de Lo que los niños aprenden del matrimonio de sus padres.

“La relación entre los padres sí es muy importante, pero no determinante, es la información básica que se puede quedar en una especie de ‘disco duro’, pero somos personas que siempre tenemos la capacidad de aprender”, comenta María Enriqueta Gómez, miembro del Instituto de la Familia.

Eso quiere decir que en los ambientes en los que se desarrolla conforme crece, también puede conocer otros modelos de pareja y modificar ese primer aprendizaje.

El primer aprendizaje

Los niños nacen prácticamente sin ninguna información, más que la genética, entonces aprenden a comportarse como las primeras personas con quienes establecen un vínculo: sus padres.

“Perciben muchas cosas de lo que escuchan y sienten cosas a nivel no verbal, no importa que no entiendan el discurso, pero sí perciben la tensión, el tono de voz y los sentimientos primarios, como ira, placer, sufrimiento o tristeza”, agrega Gómez, terapeuta familiar y de pareja.

Es en casa donde aprenden las “reglas no escritas“. Siegel ha identificado siete “ingredientes clave” de la relación de pareja que proveen información esencial a los niños: la prioridad que tiene la relación de pareja frente a otras relaciones, el apoyo, el respeto, la confianza, la negociación, la resolución de conflictos y el afecto.

Basta pensar en cómo se integran esos ingredientes en tu relación para que identifiques las enseñanzas que le estás dando a tus hijos, dice.

No te sientas culpable

Pero no se trata de que te asumas responsable del éxito o fracaso de las relaciones de tus hijos. También considera qué aprendiste de la relación de tus propios padres y lo que ellos aprendieron de la de tus abuelos.

Por ahora, si usted es padre o madre con hijos pequeños, tome en cuenta que así como los niños sienten la tensión y el conflicto, también observan el cariño y el apoyo que se brindan sus padres como pareja, recomienda Siegel.

“Cuando los niños son criados en entornos afectuosos y tranquilos en los que los padres disfrutan el uno del otro, desarrollan un aprecio y un deseo de intimidad; como han crecido viendo y experimentando la sensación grata y el apoyo que ofrece la intimidad, están más dispuestos a crearla en sus propias vidas”, escribe Siegel.

Para pensar

Judith P. Siegel afirma que las siguientes preguntas son para reflexionar sobre cosas que tal vez tus hijos estén aprendiendo:

– ¿Cuánto tiempo pasas con tu pareja, a solas, cada semana?
– ¿Tu pareja realmente te escucha cuando hablas?
– ¿Tu pareja te ayuda a sentirte mejor o peor consigo mismo?
– ¿La opinión de quién importa más en tu relación de pareja?
– ¿Con qué frecuencia pelean frente a tus hijos y con qué frecuencia hacen las paces frente a ellos?
– ¿Cuántas veces por semana se abrazan o se toman de la mano?

Fuente: Instituto de la Familia

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"A tubby, little cubby all stuffed with fluff".
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