Situado a unas cuadras de la Torre Eiffel, un antiguo estacionamiento se ha convertido en la base del supervillano Gru y de sus simpáticos compañeros de color amarillo, los minions.
Aquí se encuentran los estudios de animación Mac Guff, lugar donde se dan los últimos retoques a Mi Villano Favorito 2 (Despicable Me 2)) y donde hablamos con sus directores, el francés Pierre Coffin y el estadounidense Chris Renaud.
Desde hace tres años, Coffin, Renaud y su equipo de dibujantes, técnicos y 65 animadores trabajan para dar nueva vida a estos personajes, así como a las tres pequeñas niñas que Gru adoptó, Margaux, Edith y Agnes.
Pero el reto no es fácil. La proyección mundial de la primera película de Mi Villano Favorito logró ganancias por 540 millones de dólares y se convirtió en la décima película de animación con mayor éxito en Estados Unidos y la octava película más rentable de 2010.
“La presión que teníamos es que queríamos hacer una película igual de buena que la primera”, comentó Coffin.
Para ello, su colega Renaud estimó que era importante cierta continuidad. “En este filme quisimos mantener el estilo, pero también introducir algo nuevo“.
En esta versión, Gru es un padre feliz que descubrirá otras facetas de la vida. Para lograrlo, el equipo de Mac Guff introdujo personajes nunca antes vistos, como “El Macho”, un malvado que en la versión original en inglés cuenta con la voz del actor estadounidense Al Pacino. Pero también tendrá un rol central Lucy Wild, quien sacará a Gru de su vida tranquila.
“En la primera película, Gru descubre la paternidad y en esta segunda descubre el amor“, explicó Coffin. De hecho, las figuras femeninas tendrán gran importancia en la historia, ya que se aborda tanto la figura materna, como el despertar a la adolescencia de Margaux.
“Creo que cuando haces una película como Mi Villano Favorito, el reto es hacer evolucionar la historia y los personajes de manera novedosa”, dijo Renaud.
“En la primera película quisimos centrar la historia en la inocencia de la niñez. En esta segunda hay una evolución, primero en el padre, que ve cómo están creciendo sus hijos”, comentó el director estadounidense.
Renaud y Coffin señalan que parte de su éxito se basa también en el multiculturalismo del equipo.
“Yo soy estadounidense. Él vivió en Estados Unidos cuando era niño y es una etapa de la vida que te forma. Después creció en Francia y tuvo varias influencias viendo la televisión. Tenemos bastantes referencias comunes y cuando ponemos nuestras dos sensibilidades en común hemos logrado crear algo que resulta único”, dijo Renaud.
Pero también destaca en esta animación el conocido “french touch” de la escuela de animación francesa.
“La mayor parte de los que trabajan aquí son franceses, otros son europeos y hay estadounidenses, pero la gran mayoría son franceses”, afirmó Coffin
“Es algo único y que no se puede replicar fácilmente en otros lugares. Además de que cuentan con un sólido sistema educativo, viven en un ambiente cultural en relación a la historieta y la animación que son únicos. Por otra parte, comparten con nosotros (los estadounidenses) un mismo amor por la cultura”, estimó. FUENTE: Mónica Delgado.