¿Tiene sentido la unión de Disney y Fox?

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Con su fusión, Disney y Fox tratan de ser los mayores proveedores de contenido ‘streaming’, así como de sagas y franquicias fílmicas y televisivas de éxito.

Walt Disney se resiste con uñas y dientes a ceder terreno en ese imperio que tantos años y dinero le costó construir.

El grupo de entretenimiento se ve pequeño y eso le crea una desventaja para competir en una industria donde gigantes tecnológicos, distribuidores de cable y compañías de telecomunicaciones tratan de establecerse como alternativas a los medios tradicionales para atraer al consumidor.

Así que para ganar tamaño, la casa del ratón Mickey compra los activos de otro viejo titán, Twenty-First Century Fox.

Robert Iger, consejero delegado de Disney, y Rupert Murdoch, patrón de Twenty-First Century Fox, son grandes rivales. Pero también se respetan, y mucho.

Hasta el punto de que se reúnen ocasionalmente para hablar sobre cómo van las cosas en la industria que dominan. A final del pasado verano discutieron sobre las nuevas fuerzas que están transformando el negocio. Coincidieron en el análisis.

Iger vio en ese momento una ventana de oportunidad para plantear a Murdoch si estaba dispuesto a hacer algo juntos, para preservar lo que habían construido.

Lo que no esperaba es que fuera a aceptar tan rápido su propuesta, algo que hace una década habría sido imposible de imaginar. El pacto refleja, de hecho, el miedo y la ansiedad que domina en Hollywood por la rápida transformación de la industria.

El negocio del entretenimiento está controlado por cuatro grandes conglomerados: Disney, Time Warner, Comcast (NBCUniversal) y Twenty-First Century Fox.

Al grupo se suman CBS Corporation, Viacom (Paramount), Sony y Lions Gate. Avanzaban en la misma dirección hasta la irrupción de Netflix, Amazon, Alphabet (YouTube), Facebook y potencialmente Apple.

Por primera vez en un siglo, los consumidores se desplazan a otras plataformas para buscar contenido y eso está creando múltiples canales de distribución.

Iger tomó el relevo de Michael Eisner en 2005. El grupo se hizo durante los últimos 15 años de marcas en el mundo del entretenimiento para reforzar su imperio, como Pixar, Marvel Entertainment o Lucasfilms.

También adquirió plataformas de distribución y tecnologías para llevar programas al consumidor, como Playdom o Maker Studios.

Juntas, Disney y Fox controlan el 40 por ciento de los ingresos en taquilla en EU.

Pero Disney no controla las tuberías por las que se distribuyen las películas y las series. Los ingresos en su división de medios, la más potente, están bajo presión porque cada vez más hogares prescinden de los abonos a la televisión por cable.

El uso masivo de los móviles empezó a cambiar hace una década la forma de consumir contenido.

Reed Hastings vio ese potencial con Netflix. Transformó así su servicio de envío por correo postal de películas alquiladas en una plataforma para el visionado online desde dispositivos electrónicos. La ABC, NBC y Fox crearon Hulu, donde colocaron lo que ya no utilizaban. Y luego se sumó Amazon.

La compra de Fox reafirma que la estrategia de Netflix funciona. Disney aspira a ser un competidor formidable. El grupo ya está desarrollando su plataforma en streaming, que empezará a funcionar en 2019, y el paquete de activos que compra a Fox incluye la participación en Hulu, donde cada una controla el 30 por ciento.

En paralelo, retirará sus películas de Netflix. El acuerdo con Fox deja a Sony como el único estudio con derechos para explotar personajes de Marvel.

Disney también tendrá en su arsenal Avatar, que ya está presente bajo licencia en su parque de atracciones Walt Disney World Resort. El acuerdo con Fox reunificará también el universo Star Wars.

La empresa controla los derechos de todas las películas gracias a la compra hace cinco años de Lucasfilm. Pero los Murdoch conservaban los derechos de la versión original que produjo Fox en 1977 y de los primeros personajes de la saga. Eso abrirá, según el propio Iger, más oportunidades para una franquicia inagotable.

La integración de Disney y Fox llevará hasta 18 meses. Eso permite a Netflix, que está viendo como sus ingresos crecen a un ritmo del 33 por ciento y sus usuarios un 25 por ciento, seguir invirtiendo en contenido para ganar más consumidores mientras el conglomerado saca adelante la operación.

La misma semana en la que se anuncio el acuerdo, la plataforma recibió nueve nominaciones a los Globos de Oro que entrega la prensa extranjera de Hollywood. Sólo la superó la cadena HBO, de Time Warner. via Sandro Pozzi

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