Walt Disney Co. aún no designa un sucesor para Dick Cook, el presidente de su estudio de cine que renunció sorpresivamente el viernes después de siete años en el cargo. Pero quien asuma el puesto tiene la misión de hacer que la división cinematográfica se destaque en medio de un creciente número de hermanos corporativos, cada uno con una fuerte identidad, cultura creativa y marca.
Otrora el eje del imperio de entretenimiento Walt Disney Co., el estudio de cine es hoy simplemente uno de varios nombres cinematográficos controlados por la empresa de California.
Fuentes cercanas dicen que el presidente ejecutivo Robert Iger no ha decidido quién será el reemplazo. Quien quiera que sea nombrado, tendrá que lidiar y mantener feliz a un grupo de personajes de la industria que van desde Steven Spielberg, uno de los creadores de DreamWorks, hasta John Lasseter, director creativo de Pixar, pasando por Marvel Entertainment Inc. Su portafolio está en expansión y dar con la persona correcta para supervisarlo podría ser complicado.
Uno de los factores que contribuyeron a la abrupta renuncia, según fuentes cercanas, fue la queja de Cook de que Marvel, la última adquisición de Disney, no iba a estar bajo su supervisión bajo los términos del contrato de US$4.000 millones. Cook no pudo ser ubicado para comentar al respecto.
Cuando Iger asumió las riendas de Disney hace cuatro años, hizo énfasis en que las películas, videojuegos y otros productos de la marca Disney estaban en el centro de la estrategia de la empresa de extender su gran imperio de parques temáticos, fábrica de juguetes y canales de televisión.
La compañía ha ampliado la temática de las cintas de su estudio de películas animadas para niños a filmes de acción y orientados a la familia como las franquicias Piratas del Caribe y La leyenda del tesoro perdido. También redujo el papel de unidades como Miramax Films, cuyas películas a menudo con temas adultos y audaces no encajaban nunca muy bien con la definición de lo que debería ser una cinta de Disney.
Pero tras la adquisición de Pixar Animation Studios en 2006 por US$7.600 millones, Disney también empezó a comprar antiguos competidores para ampliar su fuente de películas.
Hace unos meses, Disney firmó un acuerdo para distribuir las cintas de DreamWorks SKG. Con la adquisición de Marvel, que aún no se ha cerrado por completo, Disney quedará con al menos tres divisiones dirigidas por ejecutivos tenaces a los que les gusta tomar sus propias decisiones creativas.
De alguna forma, las nuevas filiales han eclipsado al propio estudio de la compañía. Por ejemplo, Pixar ha superado a Disney como la fuente por excelencia de películas animadas. La última cinta animada de Pixar, Up, una aventura de altura, ha recaudado más de US$450 millones en la taquilla mundial, de acuerdo con estimados de Box Office Mojo, mientras que Fuerza G de Disney ha recaudado menos de US$170 millones.
Disney Animation está tratando de reinventarse, con planes de regresar a la técnica de animación a mano después de años de hacer sólo películas animadas por computadora que han tenido problemas para atraer a la audiencia que atraen los cintas de Pixar. El primero de estos lanzamientos es La princesa y el sapo que será estrenada dentro de algunas semanas. FUENTE: Ethan Smith