Es imposible no volver a ser adolescente en un evento así.
Tengas la edad que tengas, regresas a tus “quince”: las fans gritan hasta acabarse la voz y levantan carteles para demostrar su amor; llevan paradas varias horas esperándolos. Algunas, casi llorando, me suplican que les consiga un boleto para entrar a la premiere.
La alfombra roja que cubre la mitad de la Calle 54 de Nueva York está rodeada de periodistas y fotógrafos. Todos a la expectativa. Un niño de 7 años entra y recibe miles de flashazos; es Frankie, el hermano menor conocido como “Bonus Jonas”.
Pero de pronto, la calle parece temblar. Ya llegaron. Con ustedes, Kevin, Joe y Nick… ¡The Jonas Brothers!
Una verdadera manía
Todo fue demasiado rápido. A finales del año pasado, en la feria de Texas, el trío de hermanos tuvo una audiencia de 20 mil personas que los esperaba. Superaron todos los records del evento, excepto el de Elvis Presley.
Su tour “Look Me in the Eyes” se vendió en tan sólo dos minutos en el Anfiteatro de Los Ángeles. Esto fue poco después de que abrieran los conciertos de Miley Cyrus en su gira de Hannah Montana; y de pronto, ya estaban recibiendo un disco de platino por las ventas de su disco homónimo, fueron invitados al show de Oprah Winfrey, al de Ellen DeGeneres y a Dancing with the Stars.
“No lo podíamos creer cuando de pronto estábamos en la Casa Blanca cantando para el Presidente“, dice Joe, con un brillo en sus ojos.
“Pero lo mejor fue cuando nos presentamos en Times Square, para recibir el año 2008”, interrumpe Kevin, el mayor. “Fue una experiencia impresionante ver la famosísima bola caer”.
Si los Jonas creían que su año había sido el 2007 fue porque no imaginaban lo que vendría para éste: en mayo comenzó su reality show Living the Dream, en septiembre grabarán su propia serie llamada J.O.N.A.S: Junior Operatives Networking As Spies; y el próximo 6 de julio podremos ver en México su primer película, Camp Rock, en el canal de Disney.
La canción “We Rock”, que interpretan en el soundtrack, abrió en primer lugar en el Billboard, haciendo a un lado a Madonna y Justin Timberlake con su track “4 Minutes”.
Esta fama repentina les ha traído experiencias bizarras que ellos siempre toman como algo divertido.
“Imagínate que veo a una chica que me gusta, y no me atrevo a acercarme. De pronto ella es quien viene porque me reconoce y platica conmigo”, cuenta Nick, el menor, entusiasmado.
Joe tuvo una experiencia aún mejor.
“En un evento me encontré a Jessica Alba, que es mi amor platónico. Me presenté ante ella y me preguntó: ‘¿De qué banda dices que eres?’. Le dije: ‘Jonas Brothers’ y contestó: ‘¡Qué bien, porque me encargaron que les pidiera un autógrafo!’. Fue maravilloso”.
Pero también han experimentado el otro lado de la moneda.
“Un día Nick y yo entramos al baño; un tipo se nos quedó mirando y nos dijo: ‘¡Apestan, son pésimos, los odio'”, afirma Joe. “Nosotros sólo dijimos: ‘Lo sentimos’. Cuando se fue, nos atacamos de la risa”.
“Algo que nos asusta mucho es cuando vamos en la carretera y nos empiezan a perseguir para que nos salgamos del camino”, dice Kevin, de 20 años.
“Lo que no me gusta es despertarme temprano; pero es de lo único que me podría quejar”, expresa Nick al regresar a la conversación.
“Todo lo demás es maravilloso. Despertar en una ciudad o país distinto y tocar ahí; conocer a las fans y sentir su energía, promover una película como Camp Rock de la que nos sentimos tan orgullosos”, señala Kevin. “Sabemos que estamos viviendo un sueño y queremos sacarle provecho, sería muy malo quejarnos de algo así”.
Por si todo esto fuera poco, en agosto lanzarán su tercer álbum, A Little Bit Longer.
Pero esta boy-band asegura que no es un producto prefabricado, pues además de saber cantar, componen su música y saben tocar.
“Por supuesto que las niñas nos sirven como inspiración“, dice Nick, de 15 años, “normalmente componemos mientras viajamos de un lado a otro, es donde más tenemos tiempo; así que lo aprovechamos”.
Y es que él fue el encargado de componer el sencillo que da el título al CD, pero en este caso no fue una chica quien lo motivó.
“Tengo diabetes, y mientras estábamos en Canadá filmando Camp Rock, me sentí mal y me fui a un cuarto donde había un piano y me puse a componer”, expresa Nick. ¡Vaya forma de curarse! FUENTE: Doly Mallet