Paul Ekman, experto en el estudio de expresiones faciales, opina que hay 5 motivos por los que no somos capaces de distinguir fácilmente las mentiras. Numerosos experimentos avalan este hecho. Aunque algunos podamos creer que tenemos facilidad en desenmascarar a un mentiroso, probablemente nuestro radio de aciertos no será mejor que decidiéndolo al azar. Peor aún, los mentirosos dan sutiles pistas, que pueden ser identificadas en grabaciones de video, pero que al parecer, tenemos una gran facilidad en ignorar.
Pasemos a los motivos:
*Primer motivo:
Es un poco “darwinista” y tiene que ver con la evolución de la especie. Paul opina que no hemos desarrollado habilidades para reconocer mentiras ya que èstas tuvieron muy poca relevancia en la evolución de la especie. En ese entorno ancestral había muy pocas oportunidades de mentir en temas de importancia. Se vivía sin privacidad y todo ocurría delante del resto de los miembros de la tribu o poblado. Además estas sociedades se caracterizaban por una total dependencia de los demás para cazar, defenderse, etc. Esto implica tener que colaborar constantemente y poder confiar en los demás. Una mentira descubierta podría haber significado el arrinconamiento o expulsión y una muerte segura. Un alto precio.
*Segundo motivo:
Tiene que ver con nuestra educación. Descartando el instinto para reconocer mentiras, el desarrollo de esta habilidad tampoco forma parte de nuestra educación. Ni nuestros padres se esfuerzan en agudizar nuestra capacidad de desenmascaramiento ni consta esta materia en el temario de nuestras escuelas.
*Tercer motivo:
¡No nos interesa descubrir las mentiras!. Si supiésemos la cantidad de veces que nos mienten, incluso por parte de personas de confianza y cercanas, nos alegraríamos de nuestra capacidad para ignorarlas. Estar constantemente dudando de los demás o una acusación falsa, dificultaría enormemente nuestra vida social. La confianza en los demás no es sòlo necesaria sino que hace más fácil vivir.
*Cuarto motivo:
Muchas veces el “engañado” tiene tanto interés en creer la mentira como el autor del engaño. “¿Cariño, quièn era la chica màs guapa de la fiesta?”. “Naturalmente, tù mi amor” contesta la pareja, tanto si es cierto como si no. Y la pareja, feliz, lo cree; serìa màs complicado dudarlo.
*Quinto y último motivo:
Estamos entrenados para ser educados en nuestra relación con los demás y no apropiarnos de información que no nos ha sido dada. Què le diríamos a un compañero en el trabajo si, después de preguntarle cortésmente – ¿Como estás hoy? – èste nos contestara que se encuentra perfectamente bien y, aùn cuando pudiésemos leer en su cara que en realidad acaba de entererarse de que el amor de su vida le ha sido infiel. Y ha derrumbado con ello el futuro que habìa planificado para ambos.
Socialmente es más sencillo ignorarlo y seguirle la corriente. Dado que nuestro compañero no nos ha dado esa información directamente, no nos es útil conocerla, y no sería adecuado hacer referencia a ella.
Paul Ekman cree, no obstante, que con un entrenamiento específico es posible aumentar la detección de mentiras, lo cual se propone demostrar mediante un experimento futuro.
Fuente: babalum.wordpress.com
:noangel::):noangel:
Gran tema Tomás, pero para mi ,,no hay motivo alguno que justifique la mentira.
La persona que vive y se desenvuelve entre la mentira ,es una persona que realmente no conoce el valor de la amistad, ni el valor de la honestidad…. Pero lamentablemente en el mundo hay muchas personas así. Y de nosotros , de nuestras actitudes depende que esas personas entiendan que no es la mejor manera de relacionarse y que si mienten eternamente ,,su final será en una absoluta soledad…..
que bueno Tomás!
una mentira lleva a otra..por eso hay que ir con la verdad por delante:)
Qué es la verdad?
joya es sin igual..el tesoro mas grande que hay y la verdad tiene un gran valor, muy interesante el tema y la mentira es parte de ser de muchas personas, así que es triste saber que te mienten y mas cuando confias en una persona….pero no hay que dejar que nos afecte mas alla de lo le permitamos, hablando de mentiras hay una compañera de trabajo que pinocho…se queda corto!!!!! de tan mentirosa que es y tristemente ya nadie la quiere , Diannis tiene mucha razón en lo que comenta:
Que si mienten eternamente ,,su final será en una absoluta soledad
Yo me considero una persona bastante sincera, esto conlleva que suelo decir la verdad y sin tapujos cosa que por norma a la gente no le gusta pero bueno quien realmente me conoce tiene que aceptarme tal como soy y me respetan, con esto quiero decir que no soporto la falsedad, uff! has dado en un punto sobre la mentira que a mi me han hecho mucho daño porque me ha pasado con una amiga y es imposible, las personas mentirosas no cambian al revés son muy listas si pueden continuan mintiendo y poniendo al resto de amigos en contra. Y mira que despues de conocerla despues de tantos años si llegas a detectar las mentiras y como yo no soy así, considero que debe haber confianza y sinceridad. Realmente creeis que se quedaran solos?que va lo único que hacen es hacer más daño, o porque la gente realmente no se atreve a enfrentarse a estos mentirosos?cobardía, no sé, pero yo no estoy dispuesta ni a dar más oportunidades ni a ser falsa.
Desafortunadamente las mentiras existen y seguirán existiendo mientras haya quien las diga y sobretodo quien las acepte, pues es muy cierto lo que dice el texto, muchas veces se llega a preferir la mentira con tal de seguir siendo “feliz” a afrontar lo que realmente esta sucediendo y que, por consiguiente nos lastimará al darnos cuenta de las cosas. Además es muy cierto el hecho de que una mentira te lleva a otra y ello se llega a convertir en un círculo vicioso que nunca se termina.
Yo tambien me considero una persona honesta, aunque no siempre logro decir lo que pienso, siento que en ese aspecto me hace falta valor, y a causa de ello tambien me han llegado a mentir personas cercanas que consideraba importantes. En fin, lo importante creo, es siempre ser fiel a nuestros principios y no permitir que nos afecten tanto estos hechos.
Gracias Tomás por compartir esto!
Alguna vez nos hemos preguntando ¿Cuántas veces al día mentimos por miedo a decir como sucedieron las cosas realmente? …Yo nunca lo había hecho, jamás me había importado, pero hoy que me puse a meditar esa pregunta y llegué a la conclusión de que la gente miente por miedo a quedar en ridículo, pero aquí asalta otro cuestionamiento.
¿A quién miente, a los otros, a ella misma?…
Muchos dirán que a los otros y otros más dirán que a ella misma, y yo estoy de acuerdo en que se miente a ella misma.
Ahora bien, siendo honestos todos mentimos de manera aislada ó porque no también decirlo, de manera frecuente, hasta llegar a hacerlo un hábito cotidiano, sin darnos cuenta que esta acción está implicando un desgaste en nuestro ser que provoca un sentimiento de culpa, que puede ser de dimensiones y duración variables.
Quizá nadie sepa a ciencia cierta por què la gente tiende a mentir, pero podríamos decir que se debe a que la gente no cree en ella misma ni en sus ideales, y por tratar de integrarse a una sociedad cae en la mentira, pero ¿por què no conocernos primero a nosotros mismos y a nuestras necesidades para auto-agradarnos y así después tratar de agradar a los otros?.
Aquí viene la siguiente reflexión, mucha gente dice que miente y dice: es una “mentirita piadosa”, acaso ¿Hay mentiras piadosas? probablemente, pues pongamos de ejemplo el siguiente caso:
“Un hombre desahuciado, no sabe que morirá pronto, sin embargo para hacerle sus días restantes más alegres, se le dice que està sano” ,¿esto es piadoso? …muchos dirán si, es piadoso, pero como saberlo realmente, ¿que tal si el enfermo tiene dolores y sufre más aún?
Piedad o no, creo yo que decir la verdad es defender los ideales por los que luchamos y creer ciegamente en lo que somos realmente, tomando el riesgo de perder todo o ganar… confianza, amor, amistad, èxito profesional… què se yo.
Por cierto, ser vìctima de un engaño o mentira, es tambièn responsabilidad nuestra y es que: Nos mienten cuando nosotros hemos permitido que nos mientan.
Para finalizar, sòlo puedo decirles que la mentira, tarde o temprano sale a la luz y que aunque la verdad implique riesgos, vale la pena correrlos pues con ellos se alcanza lo que la mayoría de la gente anhela: la libertad, así que tù dirás:
¿Vale la pena andar vestido de libertad?… pues para mi Sì.
Desde pequeños aprendemos que lo bueno es decir la verdad.
Padres y maestros insisten en ello, aunque en ocasiones descubramos que ellos no siempre cumplen lo que enseñan.u.u
Más allá de la anécdota, podemos afirmar que la verdad juega un rol importante en nuestras vidas, el mismo lenguaje y la comunicación no serían posibles si no contáramos con que al hablar, decimos la verdad.
Pero, ¿se debe decir siempre la verdad?, y me apresuro a responder que sí, no obstante, quisiera considerarlo con calma, examinar sus matices.
Pongamos el caso de tener que decir una verdad dolorosa:
el médico al paciente, una madre a su hijo u otra situación semejante. Entonces, descubriremos que no sólo se debe considerar el qué se dice, sino, y con una importancia semejante, el cómo decir y el cuándo hacerlo.
*[COLOR=darkred]Aquello que se va a decir, el qué,
debe reconocerse como algo complejo, con múltiples facetas y que puede afectar al que escucha de diverso modo. No se puede comunicar como si se tratara de un dato frío o una cifra.
*El momento de decir, el cuándo,
implica hacerlo oportunamente, no todas las circunstancias son buenas. Pero además, reconocer que la verdad comunicada inicia un proceso de diálogo que es continuo, que la verdad la transmitimos, pero también la vamos descubriendo con el otro. Que el cuándo se extiende a lo largo del tiempo, un proceso del que conocemos el inicio, pero su final, diría yo, es prácticamente imposible determinar.
*La manera de decirlo, el cómo,
es considerar las formas adecuadas y adaptadas a la persona y la situación. Incluye gestos, tonos, actitudes, palabras y contenidos. Una misma verdad se puede expresar de muchas maneras. Descubrir la apropiada, es la tarea.
Decir la verdad necesita una atenta escucha del otro, escuchar no sólo palabras sino gestos, palabras, miradas y silencios; implicarse y enriquecerse con lo que nos comunique. Es reconocerlo como persona y tratarlo de acuerdo a la dignidad que merece.
En suma, que para saber decir la verdad, antes debemos aprender a escucharla.
Para mi, la verdad oportuna es promordial en todo tipo de relaciòn y/o situaciòn…. y es que las consecuencias de una mentira prolongada o no, pueden ser nefastas e irreversibles.
Nadie sabe ni puede medir la capacidad de soportar de la otra persona.[/COLOR]
:noangel::):noangel:
Bueno ,,aprovechando este tema,,,quiero aconsejarles ,que si han mentido en algo ,a algún ser especial. les aseguro ,que ese ser especial se sentirá mucho mejor si es por ustedes mismos que se entera de la verdad..NO esperen a que otra persona le diga, será más doloroso. aparte, esa otra persona lo hará con segundas intensiones. NO se arriesguen:noangel:
La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos.
Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía.
Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira no el error.
Decir la verdad no significa que haya que decirlo todo.
Hay que decir lo que se piensa pensando lo que se dice.
La sinceridad no es salvajismo cruel que espeta la verdad, ni exhibicionismo impúdico, ni imprudencia. Todos tenemos derecho a callar, conviene no olvidar que uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Hay ocasiones en las que se debe callar la verdad, así es cuando ésta lo único que puede acarrear es dolor y sufrimiento injusto o inútil a otra persona. Incluso pueden darse situaciones en las que uno no sólo tenga que callar y ocultar la verdad, sino mentir. A veces la mentira es el mal menor que hay que elegir. La sinceridad, la fidelidad a lo verdadero no es un absoluto. Ninguna virtud es absoluta, sólo el amor.
Por eso, ser fiel a lo verdadero no puede disculparnos de ser infiel a la compasión y al amor.
Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que más cuesta trabajo. Utilizamos las “mentiras piadosas” en circunstancias que calificamos como de baja importancia, donde no pasa nada: como el decir que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento podemos estar al corriente.
Obviamente, una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente… hasta que nos sorprenden y corremos el riesgo de perder la credibilidad.
Al inventar defectos o hacerlos más grandes en una persona, ocultamos el enojo o la envidia que tenemos. Con aires de ser “franco” o “sincero”, decimos con facilidad los errores que comenten los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son.
No todo esta en la palabra, también se puede ver la Sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, (normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad, negocios, círculo social…), se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres… En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice: “Dime de què presumes… y te diré de que careces”.
Gran desilusión causa el descubrir a la persona como era en la realidad, alguna vez hemos dicho o escuchado: “no era como yo pensaba”, “creí que era diferente”, “si fuese sincero, otra cosa sería”…
Cabe enfatizar que “decir” la verdad es una parte de la Sinceridad, pero también “actuar” conforme a la verdad, es requisito indispensable.
El mostrarnos “como somos en la realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones.
En ocasiones faltamos a la Sinceridad por descuido, utilizando las típicas frases “creo que quiso decir esto…”, “me pareció que con su actitud lo que realmente pensaba era que …” ; tal vez y con buena intención, opinamos sobre una persona o un acontecimiento sin conocer los hechos. Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones.
Para ser sincero también se requiere “tacto”, esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente puede incomodarla (pensemos en cosas como: su modo de vestir, mejorar su lenguaje, el trato con los demás o la manera de hacer y terminar mejor su trabajo), primeramente debemos ser conscientes que el propósito es “ayudar” o lo que es lo mismo, no hacerlo por disgusto, enojo o porque “nos cae mal”; enseguida encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.
En algún momento la Sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si por ejemplo, es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca, no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber.
La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Vernos sorprendidos en la mentira es más vergonzoso.
Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia.
La sinceridad es la virtud de la franqueza, es el amor y el respeto por lo veraz. La persona sincera actúa siempre de buena fe y mantiene una coherencia entre sus palabras y sus actos. Es contrario a la mentira, a la duplicidad y a la hipocresía. Hay ocasiones en las que no nos gusta lo que oímos del amigo sincero, pero si tienes la suerte de contar con una amistad así, cuídala, es una joya. Aunque a veces se equivoque, nos haga daño y parezca injusto, porque, obviamente, la sinceridad excluye la mentira no el error. Puedes cometer tambien un error no siendo sincero…luego pensarlo bien…y afrontarlo con honestidad y sinceridad, sacando las causas que te llevaron ano decir en primera instancia la verdad, a cometer el error.
La sinceridad en la pareja
El mundo de la pareja y la sinceridad es otro ámbito donde también hay muchas teorías y preferencias. Casi siempre los estudios parecen coincidir en que la comunicación sincera en la pareja es fundamental. La sinceridad, la lealtad y la honestidad son valores que hombre y mujer reclaman en las relaciones de pareja como un pilar fundamental de las mismas. Incluso hasta la mayor fluidez en la comunicación de la pareja no servirá para nada si no hay sinceridad. Un principio irrenunciable para la pareja: la sinceridad. Cuando falta provoca negatividad, desconfianza, recelo, falta de comunicación y en muchos casos ruptura o problemas mayores de diversa índole. La falta de sinceridad es, de hecho, una falta de respeto a la persona. Y cuando en la pareja falla el respeto la evolución del problema puede adquirir dimensiones realmente preocupantes, hasta el punto de distorsionar el propio concepto de pareja. Una relación sin confianza mutua no va a ninguna parte. No una confianza ciega sino racional. Si no tenemos motivos reales o probados para desconfiar, agobiar a nuestra pareja con nuestros miedos o inseguridades la apartará de nosotros. La falta de confianza enrarece las relaciones y hace difícil la convivencia.
El que es objeto de sospecha o acoso (ver capítulo de celos) suele acabar desenamorándose porque la actitud de su pareja le impide disfrutar de las cosas más simples; para no crear situaciones incómodas acaba renunciando a muchas cosas. Pero la persona que desconfía también sufre mucho y puede pasar fácilmente del amor a la obsesión. La solución a este problema pasa por la comunicación.
Reproduzco a continuación la reflexión de una persona que me ha hecho llegar sus reflexiones al respecto a través del Blog: “…ha de existir en todo este ámbito de la pareja la vida privada de ella, la vida privada de él y la vida en común. Al principio, cuando esta en el climax la pasión y el enamoramiento, uno desea compartir todo con el otro, pero ésto no funciona a partir de un momento dado, y es necesario saber que debe existir una parcela privada que puede o bien ser compartida o no a la hora de hablar sobre ella de una manera profunda y sincera. Siempre y cuando se vaya a obtener comprensión absoluta, se puede compartir, pero ésto es bien difícil, ya que cada persona es un ser humano diferente y la comprensión absoluta dificilmente se obtiene.
Desde muchos puntos de vista “es aquello que no hace sufrir al otro”, que es lo que pasa cuando no se puede obtener comprensión. Otra cosa es abusar de ésto y convertir la vida en común en una omisión contínua de pensamientos, sentimientos y hechos. El término medio es difícil de obtener, pero con la mano en el corazón y teniendo en cuenta la personalidad y manera de ser del otro, se pueden llegar a muy bueno acuerdos sobre el respeto en las parcelas privadas del otro. Hablar sobre crudas realidades, pensando que la persona es sincera a veces puede ser producto de una agresividad de fondo contra el otro, hay verdades difíciles de asumir y que provocan mucho dolor, hablar sobre ellas despreocupadamente pensando que una es muy sincera a veces puede ser el desencadenante de un desencuentro que deja una herida y que puede marcar un antes y un después en la relación de pareja”.
Es una reflexión práctica y empírica sobre como mantener la sinceridad sin herir al otro. Esta regla que adopta una persona puede no ser la regla de la sinceridad en la pareja. Como se dice habitualmente cada pareja es un mundo. la regla de oro es el pacto de comunicación y de sinceridad que de forma explícita se ha de llegar entre los dos miembros. A veces temas como un gasto extra, el que un compañero/a de trabajo se haya insinuado, un problema con un hijo , se esconden de manera absurda …ya que podrían ser compartidos perfectamente. El esconderlo refleja muchas veces un problema más serio de comunicación que habrá de tratarse por un profesional especializado.
No obstante hay quien habla del término “sincericídio” como la persona que lleva hasta el extremo la sinceridad y su sinceridad le vale la muerte de su pareja.
A veces se habla de las mentiras piadosas, y de los que piensan que decir la verdad no es una regla insalvable. Son los que piensan que a veces es mejor mentir. El problema es donde poner el límite. Y entrando por la puerta de la mentira piadosa se llega a la habitación de la desconfianza. Pero también tenemos el otro extremo, las personas que prefieren la tranquilidad de su conciencia antes que evitar el sufrimiento del prójimo. Hay personas tan amantes de la verdad que tienen seco el corazón, son fanáticos de la verdad y no la supeditan ni a la compasión ni a la solidaridad. Seguro que alguna vez hemos tenido ocasión de atender a algunas personas moribundas, que piden la verdad a la que tenían derecho y hay que dársela por obligación; pero también hemos conocido a personas ya moribundas incluso que no querían saberla y que con los ojos nos piden que callemos o mintamos y así hemos de hacerlo (a mi entender) por compasión.:blackeye:
Fuente: http://www.ayuda-psicologica.info
Quizàs no lo sabemos porque nuestro deseo y necesidad de creer en el otro es màs grande que nuestra desconfianza natural. Muchas veces pensamos que la otra persona tiene buenos sentimientos y està libre de maldad… y creemos ciegamente en ella. Luego duele mucho comprobar que estabamos equivocados :blackeye: . Lo importante es tener màs cuidado y poner atenciòn… la mentira siempre dà señales de su existencia.>.>
Tambièn todo puede pasar por el hecho innegable de que, cuando amamos, tendemos a “idealizar” a la persona amada; tanto asì que perdemos la capacidad de ver sus defectos y sòlo virtudes vemos en ella. Asì, tambièn desatendemos las advertencias de quienes, desde afuera de la relaciòn, ven mucho màs allà que nosotros mismos. u.u
Y pues muchas veces, la persona que acostumbra a mentir, se perfecciona en ello a travès del tiempo y de sus mentiras >.>….y acaba hacièndolo tan bien que se hace imposible detectarla a tiempo en sus engaños.u.u
Definitivamente nuestro sentimiento de confianza es mucho más grande que el de estar alerta de los demás, nuestro instinto nos lleva a ese camino de abrir nuestro corazón, nuestra mente y nuestra personalidad….. creo que sería dificil poder vivir con esa lupa en mano para poder detectar estas situaciones. al contrario somos seres llenos de amor que nos conlleva a esta confianza…. Lamentablemente no muchas personas pueden responder a esto y rompernos el corazón…:(
Asì es Betite, hay personas que no merecen la confianza que se deposita en ellas. u.u
hola, bueno a mi no me gustan tampoco las mentiras, pero hay veces en si es necesario decirlas, asi como mencionan en el quinto y cuarto motivo, hace poco he pasado por algo q aun me tiene preocupada o no se como explicarlo, alguien muy cercano a mi me estuvo mintiendo por 4 años y yo no me habia dado cuenta, hasta q un dia me lo dijo, no se si yo soy la del problema o la otra persona, empezo con una mentira y para seguir con esa mentira desato miles de mentiras mas, las cuales a todas las personas q lo rodeaban le creyeron tambien, no se si este enfermo esta persona por mentir tanto o yo soy la persona mas credula, bueno no es la primera vez q me lo dicen, q no debo de confiar tanto en alguien.
No se como superar esto para mi ha sido lo peor q me ha podido pasar no se porq llegar a tanto sabiendo q una mentira trae a otra mentira, recomiendo no mentir ni ocultar las cosas siempre sean sinceros eso te hace sentir mejor y ser mejor persona. un besito barrigon para todos
Katilin, no es nada sencillo superar la decepciòn que te causa el comprender que la persona que tanto creìas conocer y, quizàs hasta admirar, pues no era màs que una persona falsa y mentirosa u.u.
Es entonces cuando te sientes insegura de todo y de todos, cuando desconfìas de las demàs personas, pensando que todas son iguales y pues no, no lo son. Como las hay mentirosas y falsas >.>, tambièn las hay sinceras y leales :).
Katilin, el problema radica aveces en saber descubrirlas a tiempo para no tener que lamentar despuès las consecuencias que, siempre son nefastas. :blackeye:
Concuerdo con tigo Sakura… es dificil enterarse de que una de las personas a la que “creias” conocer..te engañe y te mienta… Animo Kathia…aunque no es facil..trata de superar esta decepcion… besoss!
TIENES TODA LA RAZON DULCITA, AVECES ES MAS NUESTRA NECESIDAD DE CREER EN LA GENTE Y MÁS EN LAS PERSONAS QUE QUEREMOS, QUE SIENDO SINCEROS A VECES NOS CEGAMOS A LA REALIDAD Y SOLO CUANDO PASA EL TIEMPO LO ADVERTIMOS… :eek::eek:
Respecto a este punto, tengo un pensamiento que a mi en lo personal me llegó un buen y fue precisamente pasado un tiempo… se los paso a ver que les parece oki..:)
Llega un momento en que la indiferencia y el tiempo te dejan pensar con claridad…
Se ven las cosas como son… y a las personas con su verdadero rostro, su verdadero corazón y sus verdaderas intenciones… no siempre malas… no siempre honestas…
La lógica aplastante de los hechos no permite a veces desviaciones ni interpretaciones subjetivas… no hay excusas…
Si, a veces existe una sola verdad… que siempre estuvo ahí… aunque no la supiera ver… cegada por el sol en los ojos… ese sol que no era sino un espejismo…
Las causas, aunque ajenas a mí, se adivinan… pero no son asunto mío… no forman parte de mi verdad… ni de mi vida…
El tiempo pone a cada uno en su lugar… a veces para bien… otras para mal… no siempre con justicia… y las menos, con suerte…
Mientras nadie demuestre lo contrario, el amanecer sigue a la noche, la primavera al invierno… y el corazón, mientras no muere, se abre a la vida y al amor… de nuevo…
La indiferencia y el silencio duelen al principio… da lo mismo si se merecen o no, los motivos, sus razones, sus actores… los protagonistas de la historia… y el papel que nos tocó jugar en ella… si es justo o no, recibirlo en pago a lo entregado… si, duele al principio, pero a todo se acostumbra uno… incluso a eso… mera cuestión de práctica diaria…
Y cuando la verdad se presenta finalmente a nuestros ojos… vemos la luz… y entendemos… lo que siempre estuvo ahí con nosotros… si, también en el pasado…
La vida siempre se abre camino… y la verdad, en esta ocasión, también… y me ha hecho libre… y me ocuparé, sin rencor, de cuidarla… y de no olvidarla…
Muy lindo y adecuado pensamiento [COLOR=Magenta]Ady, gracias por compartirlo con nosotros ! ^.^[/COLOR]
Mi opinión es que el engaño (mentira) es la peor forma de actuar de las personas; es un acto vil y cobarde que empequeñece a quien lo hace y daña a quien lo recibe. Nada justifica una mentira, pretender justificarla es sólo querer disfrazarla. La persona que miente una vez, lo hará siempre y no es digna de confianza.