California no ha visto a su mamá en nueve años, pero eso no significa que le falte amor, pues en ese tiempo ha tenido tres papás que la miman: Miguel, Morgan y Diego.
La pequeña llegó un día para decirles que su madre, Itzel, les pedía cuidarla dos horas, pero al no regresar, terminaron por formar un hogar en la serie Papás Por Encargo, que se estrenó en Disney+.
Siempre se dice que el papá perfecto es la combinación de los tres, uno sin el otro no podría ser. Con Diego tenemos el lado de la sensibilidad, con Morgan el juego y la diversión y con Miguel la responsabilidad y el orden.
La serie da el mensaje que aunque te prepares nueve meses, no estás listo, realmente nada te prepara, cuando crees que conseguiste toda la información, salen cosas que jamás pensaste que te iban a salir y eso le pasa a ellos todo el tiempo. La paternidad los desarma en cada capítulo.
El mayor reto llega en el cumpleaños de California, quien recibe como regalo de su madre un camión de helados y un mensaje: Itzel espera a su hija en el norte del País, lo que ilusiona a la pequeña, pero no a sus papás.
De camino al encuentro, sin ninguna explicación, tienen que aceptar que al final habrá una despedida, pero también es un choque de realidad para los tres padres, que durante el viaje en carretera rumbo a Zacatecas (México) entenderán que la niña creció y puede tomar sus propias decisiones.
Ella está en la adolescencia, en ese proceso de madurar, empatizar con sus papás, con su mamá, también con cosas que le pasan a todas las mujeres.
Juzgar a Itzel por dejar tantos años a su hija sería incorrecto, pues durante la serie se descubrirá que fue una forma de protegerla.
Con la historia, se buscó romper roles de género, y creen que todos los personajes están cargados de humanidad, por lo que no pueden reducirse a buenos o malos ni tampoco sus circunstancias.
Aunque el viaje es un pre duelo, un viaje de encuentro y despedida, también es de aventuras y formar nuevos lazos. A lo mejor de formar una nueva familia, separados van a seguir siendo familia y eso también pasa en la vida real.
Si no hay lazos de sangre entre todos los miembros, sí los hay de amor y música, pues los tres amigos tenían una banda y su viaje los reconecta con su pasión, que adereza los episodios. info: Mauricio Angel