He aprendido que…

sakura
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He aprendido por sobre todas las cosas que Dios existe, que Él tiene todo bajo control y que siempre está más cerca de lo que nosotros pensamos, tan sólo hay que estirar la mano para poder tocarle.

Que Todos los males del hombre provienen de la falta de Dios.
Él no ve las apariencias sino ve nuestros corazones e intenciones.
Eso es lo que cuenta!

Que la vida es bella a pesar de sus sin sabores y altibajos, que sólo tenemos una vida y es nuestra responsabilidad vivirla al máximo.

La vida es un banquete y sólo los tontos se mueren de hambre.
Vale la pena vivir, ¡Intentémoslo!.

Que cada día que la vida nos da, es una oportunidad única de amar, de vivir, de luchar, de amar, de creer en lo imposible, de soñar y de ser uno mismo.

Que la felicidad como tal no existe, que sólo existen momentos felices, aquellos que pueden venir cuando estamos enamorados, cuando contemplamos la naturaleza, cuando abrazamos a alguien, cuando hacemos una buena acción, cuando ayudamos al necesitado y al caído.
La felicidad consiste no en lo que tenemos sino en lo que disfrutamos.
Nunca es tarde para ser feliz!

Que el amor puede llevarnos al éxtasis pero, también puede llevarnos a las profundidades del dolor y la tristeza, pero vivir la vida sin amor, no es vivir. Sólo el que ama de verdad puede perdonar, sólo el que ama puede entregar su vida para que otros vivan. El amor nos persigue y está presente en el cuidado de una madre, en el abrazo del amigo, en la mirada de nuestros seres amados y en cada instante que vivimos.

Que un amigo, es otra forma que Dios tiene para expresarnos su amor, los verdaderos amigos son regalos del cielo y que nunca hay que descuidarlos, hay que amarles y demostrarles que los amas.

Que hay cosas que sólo las entendemos con el paso del tiempo, el tiempo es la mejor cura para los males del corazón, el tiempo es implacable, por eso debemos aprovechar cada minuto como si fuera el último. Que debemos decidir olvidar y perdonar para ser felices y que esa decisión puede costar mucho tiempo y esfuerzo.

Que la muerte, llega sin avisar y que todos, tarde o temprano, tenemos una cita con ella. Ella está allí, para recordarnos que estamos vivos y que aunque siempre sea dolorosa y muchas veces incomprendida, puede enseñarnos a amar nuestros semejantes mientras están vivos. Llevémosle flores mientras puedan olerlas.

Que son los pequeños detalles los que hacen la diferencia, que deberíamos esforzarnos por ser hombres y mujeres llenos de detalles bonitos hacia los que nos rodean. Que los detalles, por más mínimos que parezcan, pueden destruir grandes esfuerzos. Sin tan sólo comprendiéramos el valor tan grande de una mirada, de una palabra, de un instante, que diferente sería el mundo.

Que hay personas buenas y malas, debemos hacer lo posible por aprender lo bueno de las buenas y evitar imitar lo malo de las malas, pero también debemos hacer lo imposible por ser nosotros mismos: únicos, especiales, auténticos e irrepetibles.

Que la actitud es siempre más importante que lo que te ocurra, la actitud lo es todo, no importa lo adverso de las circunstancias. Nunca pierdas la fe ni en Dios ni en ti mismo, ya que las grandes pruebas nos preparan para los grandes triunfos.

Que debemos valorar a nuestros ancianos, respetar a nuestros niños y motivar a los jóvenes a creer en un mañana prometedor, a soñar con lo imposible y a ser capaces de hacer sus sueños realidad sin necesidad de atropellar a los demás.

Que lo que duele no es la mentira sino el engaño, que no duele lo que te dicen sino como te lo dicen, que no duele el golpe sino quien te lo da, que las apariencias engañan y que siempre tratamos de mostrarnos exactamente como queremos que los demás nos vean y no como somos realmente.

Que aunque parezca increíble hay decisiones muy pequeñas, por las cuales podemos arrepentirnos el resto de nuestra vida. Por lo tanto hay que pensar y meditar bien nuestras decisiones antes de tomarlas.

Que Dios nos ha dado el poder de elegir entre la tristeza y la alegría, la salud y la enfermedad, la bendición y la maldición, entre el amor y el sufrimiento y somos nosotros los que decidimos finalmente que hacer con nuestro destino, somos responsables por lo que sentimos, tenemos y hacemos.

Y finalmente, que nunca es demasiado tarde para reconocer nuestros errores, aprender y volver a empezar de nuevo.^.^

[COLOR=SeaGreen]Esta reflexión me la envió Ángela, mi prima que vive en Ecuador… y la he querido compartir con todos ustedes, como muestra de mi cariño y gratitud, Isidora.
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