El Principito (2015)

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El sueño de una niña es entrar a una prestigiosa academia. Pero cuando falla en la entrevista de admisión, su ambiciosa mamá llega al grado de cambiarse de casa para que, forzosamente, sea aceptada en esa escuela.

Y es que la mujer tiene un plan de vida para su hija delineado por hora, día, mes y año. Todo esto cambiará el día que la pequeña conozca a su vecino: un anciano aviador, quien le contará una mágica historia.

Aquel aviador que dibujara un cordero para El Principito es el mismo que quiere compartir la historia del niño que llegó de un asteroide.

Y es en una niña que encuentra un par de oídos interesados en las aventuras del personaje creado por Antoine de Saint-Exupéry, en El Principito, nueva adaptación del texto al cine.

El cuento francés es sólo la mitad de la cinta, pues las vivencias de la niña educada por su madre para sobresalir, complementarán el fascinante relato del príncipe.

La mamá es un poco seca, en el sentido de que no entiende a su hija. Ella quiere que su hija estudie, que vaya a la mejor escuela, pero no sabe lo que realmente quiere su hija. Ella desea soñar, divertirse, no sólo estudiar, hacer sus quehaceres.

La narrativa del filme hace que las dos historias se junten en una sola, y la pequeña tendrá que buscar al príncipe con tal de ayudar al aviador, luego de que éste último es ingresado al hospital.

Con todo, no podemos dejar de percibir que, un libro con tanto simbolismo como El Principito, resulta complejo de llevar al cine en forma de película infantil.

Eso sí, es una historia que seguramente conmoverá a grandes y chicos. Via Adriana Fernández y Enrique Navarro