El Llamado Salvaje (2020)

Desde nuestra infancia, sin darnos cuenta, muchos hemos sido muy afortunados de crecer junto a una mascota. A partir de ese instante, sentimos una necesidad de contar con su compañía, y el perro suele ser el elegido.

Y si bien es cierto que por momentos no lo comprendemos, en nuestro interior reconocemos un amor muy particular por ellos. Son seres llenos de sensibilidad, transparencia de emociones, lealtad a prueba de todo y reciprocidad.

Con este mensaje, llega una nueva adaptación a la novela de Jack London sobre un perro que, durante la fiebre del oro en el Klondike canadiense del siglo XIX, ve despertar sus instintos más primitivos y salvajes.

A diferencia de otras versiones, en esta ocasión se usaron muchos elementos gráficos, y Buck, no es representado por un can-actor, sino por un hombre, experto en captura de movimiento.

Es decir, que el artista con una gran habilidad física, con movimientos de gimnasta, representaba a Buck, y posteriormente era sustituido en la producción.

El largometraje de aventuras fue rodado en espectaculares escenarios naturales de la Canadá profunda, y vemos a un travieso perro, Buck, mezcla de San Bernardo y pastor escocés, en la gran ciudad.

Pero un día es secuestrado y vendido para formar parte del tiro de trineos de nieve en el servicio postal que lleva cartas para los buscadores de oro.

Abandonado a su suerte en un mundo salvaje y hostil, en el que los humanos azotan a los animales y estos pelean hasta la muerte para ser el alfa de la manada, Buck debe transformarse en ese ser que duerme muy dentro de sí.

John Thornton, un hombre que huye de una tragedia personal se topa con el animal, y une su soledad a la del perro.

En la novela de London, Thornton es una presencia lateral que ayuda a que la historia de Buck se desarrolle, pero aquí se complementan.

Esta es la historia de Buck buscando su sitio natural en el mundo, y de John, ganando, encontrando el coraje de asumir las responsabilidades en su vida gracias a Buck.