Cazafantasmas: Apocalipsis Fantasma (2024)

¿Qué hace exactamente que una película de Los Cazafantasmas sea una película de Los Cazafantasmas? Personas con personalidad, mochilas de protones, demonios y fantasmas reconocidos.

Todo eso fue suficiente para hacer de la cinta original de 1984 un clásico, y todas las películas de Los Cazafantasmas que se han producido desde entonces han sido juzgadas en función de lo buena que fue esa.

Ghostbusters: Frozen Empire (Cazafantasmas: Apocalipsis Fantasma) tiene cierto parecido superficial con la mejor y, para algunos, será imposible ignorar el atractivo de pasar más tiempo con Peter Venkman, Ray Stantz y Winston Zeddemore usando el icónico uniforme.

Pero la secuela de Cazafantasmas: El Legado se desinfla bajo el peso de una trama algo ambiciosa y sin inspiración que deja poco espacio para la comedia. Lo cual es un problema, pues se trata de una película de Los Cazafantasmas.

Es algo frustrante, ya que el comienzo es bastante sólido, con el acertado movimiento de trasladar la acción a la ciudad de Nueva York, donde todo comenzó.

Y aunque el enfoque el pueblo en Cazafantasmas: El Legado deleitó a algunos, para otros, la historia de la reconciliación con Spengler fue algo lenta y seria, por lo que el regreso a un lugar más estimulante y familiar le siente bien.

Y esos sentimientos se ven momentáneamente validados por una divertida persecución de fantasmas por las calles de la ciudad. En medio del caos , encontramos que Callie y el “maestro” Gary han mudado a los niños Phoebe y Trevor de regreso a Nueva York para incorporarse al negocio familiar.

El inicio de la película es, lamentablemente, también lo más fuerte de la cinta.

Los Cazafantasmas una vez más chocan con el ex inspector de la EPA y actual alcalde Walter Peck, quien usa su imprudencia como excusa para restringir sus esfuerzos y expulsa completamente a Phoebe del equipo justo cuando más la necesitan.

La valiente y torpe heroína fue un punto culminante constante de Afterlife, pero mientras sigue siendo encantadora, y poco convencional, en esta ocasión carga con una trama confusa en el que es obligada a hacer algunas cosas muy tontas.

Los angustiosos enfrentamientos de Phoebe con el resto de la familia la ponen en el camino de Melody, un espíritu afín con asuntos pendientes. Melody se siente totalmente a la deriva, especialmente una vez que sale a relucir su desconcertante y complicada trama.