“A menudo los hijos se nos parecen…” dice una hermosa canción de Serrat. Sin embargo, a menudo no.
Creo que es inherente al ser padre desear (aunque sea en forma inconciente) que nuestros hijos se parezcan a nosotros, al menos en algo. No me refiero al parecido físico, sino al de su interior. Necesitamos ver en ellos cosas nuestras, como si así pudiésemos prolongarnos en el tiempo.
Tal vez sin darnos cuenta, o si, necesitamos que hayan heredado sus virtudes de nosotros y respecto de sus defectos, todo lo contrario. Allí nos preguntamos “¿a quién habrán salido?”.
Nos cuesta pensar y asimilar que un hijo no es un carbónico de las acciones o aciertos de los padres. Que vienen a esta vida con un carácter propio que tal vez, nada tenga que ver con el nuestro.
Sí es cierto que uno, como padre, los forma, los educa y tal vez puede moldear un carácter, pero no cambiarlo. Puede ocurrir que aquellas cosas que no nos gustan, sean “heredadas”, pero en otras, nada tendrá que ver la genética.
En caso que la forma de ser de nuestro hijo no nos genere conflicto alguno, todo bien. En este supuesto, tal vez no nos importe que sus virtudes no sean las nuestras porque igual todo marcha sobre ruedas.
En el caso contrario, las cosas se complican. ¿Qué pasa cuando la forma de ser de nuestro hijo no nos gusta?. Porque realmente puede ocurrir que su carácter no sea el que hubiésemos deseado. Puede ser que sea antipático, taciturno, melancólico, hermético, antisocial, poco responsable y tantas otras cosas que no nos agraden en lo más mínimo.
¿Qué pasa entonces?.
En primera instancia y como mecanismo de defensa, en la mayoría de los casos, no nos reconoceremos en esa manera de ser. Hay que ser muy autocrítico para –si es el caso- verse reflejado en ese espejo más joven que nos devuelve una imagen que no nos gusta. Puede ocurrir, sin embargo, que en nada hayamos influido.
Muchas veces tendemos a pensar que un hijo es como una propiedad que nosotros y sólo nosotros construimos, a nuestro gusto y elección. Lejos está de ser así. Un hijo, no es propiedad de nadie, en todo caso de la vida y a ésta llega con un bagaje propio.
Partiendo de la base que aquello que no nos gusta de un hijo, no sea modificable con buena educación y amor, que sea parte de su carácter, o sea de algo que nace con él, ¿qué podríamos hacer?.
Cuesta aceptar que un hijo no es la persona que uno hubiera deseado o no tiene la manera de ser que uno hubiese querido. No es que merme el amor que uno siente por él. Sin embargo, si bien el amor se mantiene intacto, hay como un sentimiento de frustración o decepción que se huele en el aire y lo que es peor, nuestro hijo percibe.
Hay muchas cosas difíciles para el ser humano: practicar la “aceptación” es una de ellas.
Aceptar, no es lo mismo que resignarse. Resignarse suena a derrota, pero aceptar que algo no es como uno quiere y que a veces no está en nuestras manos cambiarlo es sabiduría.
Lo importante, más allá de aceptar aquello que no está en nuestras manos cambiar, es que la eventual decepción que uno pueda sentir no le cierre la puerta a la manifestación de cariño. Que nuestros hijos sepan y lo que es más importante, sientan, que los amamos: con buen humor, con mal humor, desordenados, irresponsables, con los defectos que puedan tener.
El ser padre es un aprendizaje continuo, parte de este aprendizaje tiene que ver con lo que analizamos hoy. Así como la vida no siempre es como uno quiere, los hijos no siempre tienen la forma de ser que hubiésemos deseado. Es difícil lidiar con esta situación, pues uno no ve cumplidas las expectativas que tenía. Esta situación puede darse en todas las edades y con las distintas situaciones que la vida va imponiendo. En la niñez, adolescencia y adultez un hijo puede no responder a la imagen que, en nuestra fantasía o ilusión, habíamos pensado para él.
Hay cosas que dependen de los papás y otras que no. También esto hay que aprenderlo y se aprende a través del dolor, pero por sobre todas las cosas, a través del amor.
El verdadero amor es aceptar al otro tal cual es.
Un hijo, tenga la edad que tenga, necesita imperiosamente sentirse amado por sus padres. Está en nosotros hacerle sentir que nuestro amor va más allá de cualquier diferencia o desencuentro.:)
Fuente : Liana Castello
Saku que texto mas hermoso, yo aun no tengo bebes pero sea como sea, tenga el caracter que tenga, yo lo voy a amar con todas mis fuerzas y siempre luchare por su felicidad, tratare de aprender siempre de sus gustos y reflexionar cuando lleguen sus disgustos, le acompanare siempre en todas las etapas de su vida y le hare saber que estoy ahi para cuando me necesite, encontrare fuerzas aun cuando crea que no las tenga para ayudarle a levantar cuando haya caido, rezare cada noche para que su corazon encuentre siempre la paz que necesita, no le pegare nunca porque considero que los golpes no traen consigo ninguna ensenanza y siento que si lo hago mi corazon tendra una herida que no se cerrara nunca, tratare siempre de sentarme y hablarle para hacerle relexionar ante las diferentes facetas de su vida, para mi bebe en mi vida no habran esperas cuando venga a mi nunca le dire “dame 10 minutos y enseguida estoy contigo” porque esos 10 minutos que no este con el nunca los voy a volver a tener y puede ser que me necesite mas que nunca en ese momento, tratare de darle todos sus gustos sin malcriarle pues en la vida “todo” no se puede tener y es mi deber de madre explicarle eso, le ensenare que a las personas mayores se les quiere y se les respeta, le demostrare que puede confiar en mi incondicionalmente, cuando haga algo malo se lo hare saber tratando de no crearle un sentimiento de culpabilidad mas demostrandole que hay cosas que estan mal hechas y que no conducen a nada bueno, tratare de encontrar en mi misma el “como, cuando y donde” para ensenarle algunas cosas, cuando sea madre espero siempre dar lo mejor de mi.
No me des todo lo que te pida. A veces solo pido para ver hasta cuánto puedo recibir.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
No des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; pero también si es castigo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, seré yo quien sufre.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esa decisión.
Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo hago algo malo no me exijas que te diga el “por qué lo hice”. A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti. Y me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que por ser de la familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa que tu no haces. Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas; pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
Cuando te cuente un problema mío no me digas “NO tengo tiempo para tonterías” o “eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayudarme.
Quiéreme y dímelo.
Abrázame, necesito sentirte mi amigo, mi compañero a toda hora.
Sí es un muy buen tema, felicidades Sakura… no debemos olvidar que nadie nace siendo padres, por lo mismo ello es un constante aprender.
Madre, acaricie a sus hijos. Padre, abrácelos firmemente. Permita que ellos sepan que los aman por la mañana, al mediodía, y por la noche.
Ponga sus brazos alrededor de ellos, sosténgalos cerca suyo, sienta el latir de sus corazones, la vida nueva que Usted hizo.
Ruede por el suelo con ellos, bromee, ría y juegue, escuche lo que tienen que decirle, ellos tienen mucho para contarle.
Tome tiempo para conocerlos, vea el color en sus ojos. Aprecie a esa persona tan profunda dentro de sus pequeñas mentiras.
Permita que corran sus dedos por sus cabellos, doble su cabeza, llene sus corazones con palabras de alabanza, haga de su hogar su lugar favorito.
Abrácelos estrechamente en el sofá y mire un programa de televisión, cante con ellos o comparta la lectura de un libro y ayúdelos a crecer en su mundo.
Tome un tiempo para caminar en el parque, sosténgase de la mano, huela las flores, alimente los patos, construya castillos en la arena.
Madre, acaricie a sus niños, Padre, abrácelos firmemente, Muéstreles que ellos son un regalo, ámelos para que se sientan bien.:)
Qué hermoso mi Sakury bella, haz empezado una nueva profesion amiga, la de ser madre, y estaras especializandote año tras año. porque te aseguro jamás acabaras de aprender cada dia cosas nuevas sobre el ser padres, es una tarea que jamás termina ,así nuestros hijos esten ya casados y con familia, siempre habrá algo nuevo que guiar o rientar. por supuesto siempre bajo la primicia del amor y el respeto.
Espero con el alma,que estes disfrutando cada segundo, de cada día de tu hermoso Edy. Ay amiga,sé que cada día das gracias a Dios por haberte permitido presenciar el milagro de la vida, y más aún tenerlo entre tus brazos.
Te envio un abrazo enorme , un beso lleno de mucho amor para Edy, y una felicitación para Tomás, y para los tres, el deseo que Dios les guie en los pasos que deben dar para poder formar una familia.
Los quiero muchooooo.
Hermoso tema mi Sakury, gracias por compartirlo.
EL DESTINO DE LOS HIJOS
Y una mujer que llevaba un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Hablanos de los hijos. Y el respondió.
Vuestros hijos no son vuestros hijos.
son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de si misma.
Vienen a traves de vosotros, mas no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no hos pertenecen.
Podeis darles vuestro amor, mas no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Podéis albergar sus cuerpos mas no sus almas,
Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños hos es dado visitar.
Podeis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros.
Porque la vida no marcha hacia atras, ni se detiene en el ayer.
Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.
El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su
fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que asi como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firma; por eso vosotros tuvisteis la opotunidad de vivir vuestra vida y la libertad de amar y hacer tu vida. Deja que tus hijos
vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que
vuelvan, ellos te querran por siempre y tendrán tambien su nido del cual
algun día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, dejalos libres,
amalos con libertad, no apagues su fuego de su hogar vive y deja vivir y
ellos siempre te querran.
(GIBRÀN JALIL GIBRÀN)
Yo, sinceramente, reconozco el proyectarme demasiado en mi hija y desear que ella realize todo aquello que yo, por diversas razones, no logré realizar u.u … y sí, me esfuerzo en darle lo mejor de mi, ya sea espiritual y/o materialmente para que nunca le falte nada… y sobre esto, nada mejor que la siguiente canción de Franco de Vita ::noangel:
No basta
traerlos al mundo porque es obligatorio,
porque son la base del matrimonio…
o porque te equivocaste en la cuenta.
No basta
con llevarlos a la escuela a que aprendan
porque la vida cada vez es más dura;
ser lo que tu padre no pudo ser.
No basta
que de afecto tú le has dado bien poco…
todo por culpa del maldito trabajo y del tiempo.
No basta
porque cuando quiso hablar de un problema
tú le dijiste: niño, será mañana es muy tarde, estoy cansado.
No basta
comprarle todo lo que quiso comprarse,
el auto nuevo antes de graduarse…
que viviera lo que tú no has vivido.
No basta
con creerse un padre excelente;
porque eso te dice la gente…
a tus hijos nunca les falta nada.
No basta,
porque cuando quiso hablarte de sexo
se te subieron los colores al rostro y te fuiste.
No basta
porque de haber tenido un problema
lo habría resuelto comprando en la esquina
lo que habia, ciertamente por queria.
No basta
con comprarle curiosos objetos,
No basta
cuando lo que necesita es afecto…
aprender a dar valor a las cosas
porque tú no le serás eterno.
No basta castigarlo por haber llegado tarde…
si no has caido, ya tu chico es un hombre …
ahora más alto y más fuerte que tú.
Son la continuidad de nosotros mismos y pues, es muy difícil evitar el vernos en ellos, el proyectarnos, el querer realizarnos en sus vidas… esa canción Verito, es muy bella y muy cierta eh!… y es que hay muchas cosas que no bastan y que sin embargo, las hacemos pensando que es por el bien de ellos, cuando en realidad es por el nuestro u.u.
Buen tema Sakura. 🙂