Wish: El Poder de los Deseos (2023)

Algunos dirán que Wish, de Disney, es un intento hermoso, pero no inolvidable, de celebrar el centenario del estudio de cine y animación. Otros, que es una de las películas menos mágicas de Disney en años.

Y es que es una sensación extraña ver una película que parece haber salido de una reunión de ejecutivos. Wish: El Poder de los Deseos (Wish) es la última película animada de Disney, que pretendía celebrar a lo grande el centenario de Walt Disney Company.

Y esa intención viene desde su nombre, que es una extrapolación de la canción clásica “When You Wish Upon a Star”, que fue escrita originalmente para la película Pinocho de 1940.

Las escritoras y codirectores se atrevieron a imaginar: ¿Qué pasaría si pidieras un deseo a una estrella? Pero el deseo es el comienzo, ¿y luego qué?

Sorprende que Wish haya estado en desarrollo durante cinco años, porque el guión es una fórmula muy vieja de Disney: una joven testaruda vive una vida idílica, hasta que se propone cambiar el mundo que los rodea o encontrar algo nuevo.

Cantan sobre sus deseos y emociones e inspiran a todos, y emprenden un viaje catártico de crecimiento y cambio. Le agregaron un lindo animal que habla, cuenta algunos chistes y se terminó la película.

Enmarcado como un cuento de hadas, la cinta se desarrolla en una ciudad isleña en el Mediterráneo, donde personas de todo el mundo emigran para vivir en tranquilidad y seguridad bajo la atenta mirada del Rey Magnífico, un poderoso hechicero.

Pero parte del trato es que les exige a todos los ciudadanos entregar sus deseos a los 18 años, y de vez en cuando les concede alguno. Y estos suelen ser ridículamente básicos, como volar y ser fuerte.

Y por alguna razón, la gente está contenta con el hecho de que su rey mantenga sus deseos, hasta que una joven, Asha, se atreve a preguntarse por qué es así, al tiempí que aspira en ser aprendiz del rey. Ella le pide a Magnifico que le conceda un deseo a su abuelo de 100 años, pero cuando Magnifico la rechaza, Asha continúa cuestionando su existencia.

La historia es muy genérica y las canciones no son divertidas o pegajosas, por no decir que son bastante aburridas.

Asha pide a una estrella que todos en Rosas, la ciudad, cumplan su deseo y puedan trabajar para hacerlo realidad para ellos mismos. Y de repente, una estrella regordeta, ondulada y traviesa aparece del cielo y le hace una visita, rociando polvo de estrellas sobre flora, fauna y objetos inanimados, llevándolos a la vida.

Con su combinación de animación por computadora y acuarela, Wish tiene una estética suave y hermosa, aunque desafortunadamente el movimiento facial de los personajes es extraño.

El estilo pretende parecerse a nuestros clásicos favoritos de Disney y, como homenaje al centenario, Wish parece improvisar al hacer referencias a otras películas.

Los amigos de Asha pretenden recordarnos a los Siete Enanitos, aunque eso no está del todo claro. Magnifico es el máximo ejemplo del villano seductor y bien peinado, dramático como Jafar de Aladdin. Los animales que hablan nos recuerdan a otras tantas cintas.

Pero todas estas referencias, así como la constelación estrellada de imágenes de personajes favoritos en los créditos, solo sirven para recordarnos que esas fueron grandes producciones, historias reales y personajes que terminan plenamente realizados.

Wish: El Poder de los Deseos servirá para entretenernos, pero quizá sea mejor esperar a verla en Disney+.