WiFi Ralph (2018)

Después de superar la frustración por ser el malo y convertirse en el héroe de Vanellope, Ralph vive lleno de felicidad conviviendo con los personajes de otros videojuegos, pero su estabilidad se acabará cuando la Princesa de la velocidad tenga un problema.

A partir de ese momento, deberán buscar una solución urgente, antes de que la consola sea eliminada. Afortundadamente para ellos, el adminsitrador de ‘las maquinitas’ ha conectado el lugar a la Internet. Esto permitirá a ambos visitar el ciberespacio.

Los directores quisieron hacer que el personaje se confronte con sus miedos para aprender a quererse a sí mismo y dejar de ser codependiente. Y es que Ralph sigue siendo inseguro, asunto que debe superar.

El motivo de Ralph es proteger a Vanellope y ayudarla a conseguir la pieza que permita componer su juego, Sugar Rush, pero no es capaz de entender que ella está cansada de la rutina. Basta que Vanellope le de un vistazo a la Internet para que se abra una nueva puerta a emociones sin igual.

Y es que la red de redes es una ciudad viva, con diferentes barrios y siempre en tránsito de usuarios que van de un lado a otro, se asemeja a una metrópoli donde coexisten las tiendas, redes sociales y cualquier cosa imaginable.

Pero en ese universo no todo será brillante, y también existen peligros, y no faltan individuos que busquen agredir y lastimar a otros. De esta forma se manifiestan los temibles, capaces de atacar las debilidades de cualquiera, y Ralph tomará algunas decisiones malas que lo pondrán en predicamento.

Hay diálogos muy divertidos, apoyados en un guion ágil, que ingeniosamente saca jugo a toda la jerga cibernética. Una trama con un ángulo interesante, y sobresale por la importancia que tienen las mujeres en la historia.

Y es que Disney, aprovechando su inmenso universo de personajes, nos presenta a varios incluyendo a villanos; pero las que más resaltan, son las princesas de los cuentos de hadas.

Sobre todo porque a través de los años, quizá sin querer, la casa de Mickey alimentó distintos estereotipos sobre sus princesas, y al menos en esta película, intenta borrarlos con una reflexión y una sonrisa.

Sin duda que es una buena secuela, y los fanáticos de los videojuegos, aplicaciones y redes sociales disfrutarán algunas de las referencias tecnológicas de la cinta.