Un equipo de botánicos participaba en una investigación de flores extrañas en los Alpes. En el pequeño saliente de una roca se pudo identificar un fino ejemplar, el cual podía ser alcanzado solamente por medio de una cuerda salvavidas. El trabajo era demasiado peligroso para los inexpertos botánicos, por lo tanto, llamaron a un joven pastor de ovejas que conocía muy bien la región. Le ofrecieron al chico varias monedas de oro para que se deslizara por la cuerda y tomara la extraña flor.
Aunque el chico deseaba las monedas con desesperación, temía, pues el trabajo era demasiado peligroso. Varias veces echó un vistazo sobre el precipicio, pero no podía ver la forma segura de alcanzar la flor. Además, él tendría que depositar su confianza en las manos de gente extraña que estarían sosteniendo la cuerda salvavidas.
Entonces al muchacho se le ocurrió una idea. Dejó al grupo solo por varios minutos y regresó asido de la mano de un hombre mucho mayor que él. Entonces, el joven pastor corrió con ansias hacia la orilla del precipicio y les dijo a los botánicos:
[COLOR=SeaGreen]_ “Ahora pueden amarrar la cuerda por debajo de mis brazos. Bajaré por el cañón, siempre y cuando sea mi padre el que sostenga la cuerda”.
El chico compartía con su padre una relación de confianza, y estaba dispuesto a depositar su vida en las manos de él.
De la misma manera que tus hijos confían en ti, así también debes hoy depositar toda tu confianza en tu Padre Celestial.
No trates de perfeccionar a tu hijo, sino insiste en perfeccionar tu relación con él.
Proverbios 15:30
La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.^.^
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muy bonito Sakura ….es muy importante confiar en Nuestro Padre Celestial por que Él nunca nos dejara caer si depositamos nuestra confianza en Él .
[IMGR]http://img238.imageshack.us/img238/5708/confianzaseduccionmn6.jpg[/IMGR]Cuàn importante es la confianza en Dios, en nuestro pròjimo y, tambièn, en nosotros mismos.
La confianza Nace dentro de nosotros, no fuera.
Con paciencia, tiempo, sensatez y conocimiento de nuestras limitaciones, nos convenceremos de la valía
de nuestras aptitudes y actitudes
La confianza,
es el convencimiento que alcanzamos sobre nuestras propias capacidades y cualidades. Se asienta en nosotros a medida que constatamos nuestra aptitud en las tareas que realizamos y al tiempo que logramos la habilidad para mantener relaciones de calidad con los demás. Es, por tanto, un sentimiento que se genera en nuestro interior y de cuyo desarrollo somos responsables. En la infancia necesitamos que el entorno, y en especial el padre y la madre, aporten seguridad, atención y nos haga sabernos queridos.
Más tarde y a lo largo de toda la vida, aunque sigamos necesitando ser escuchados, respetados, valorados, y queramos saber y sentir que se cree en nosotros y en nuestras capacidades, debemos tener presente que la confianza hemos de trabajarla personalmente. Para ello debemos actuar y formalizar relaciones bajo la premisa de tener paciencia, darnos tiempo, cuidar las formas y no olvidar evaluar y valorar cada una de nuestras acciones, no con el propósito de juzgarlas, sino con el fin de constatar nuestras capacidades y conocer nuestras limitaciones.
Confianza en nosotros mismos
Para poder sentir que los otros creen en nosotros hemos de ser nosotros los primeros en sabernos válidos. Es imposible creer que los demás confían en nosotros si nosotros mismos no lo hacemos, pues la confianza nunca viene dada de fuera. Si no hay equilibrio interno pensaremos que el apoyo, el aplauso o la admiración se nos ofrece para animarnos, por guardar las formas o, en la mayoría de las ocasiones, porque no nos conocen realmente y se quedan en la imagen que les estamos proyectando, es decir, creemos que les estamos engañando.
Esto deviene porque hacemos las tareas con la vista puesta en los demás, esperando su aprobación y beneplácito, sin un convencimiento interior. Al carecer de una guía personal que nos oriente en la consecución de nuestra meta o del proyecto de nuestra vida, el esfuerzo que debemos realizar es mucho mayor, y lejos de potenciar nuestras habilidades, debilita y destruye la confianza en nosotros mismos, y con ello la autoestima. ¿Por qué? Para contar con una buena autoestima debemos estar convencidos de que somos aptos para la vida que hemos elegido llevar.
Quien no goza de confianza en sí mismo, posterga las decisiones, da largas a los asuntos pendientes, va dejando cosas sin hacer por el camino y mantiene una actitud de parálisis. Con todo esto, no consigue sino certificar que ciertamente es una persona en quien no se puede confiar.
Cuestión de honestidad
Al ser tan necesario que sea verdadera, la confianza no puede ser ciega sino que ha de estar sustentada en el conocimiento personal. Un conocimiento totalmente honesto sobre nuestras posibilidades y nuestras limitaciones, de forma que al acometer cualquier tarea o iniciar relaciones interpersonales sabremos manejar las expectativas para conseguir éxitos y no acumular fracasos, en términos de cantidad y de calidad. Si no hemos sido honestos y fallamos tendemos a desvalorizarnos, a sentirnos menos que el resto de la gente y a pensar que nuestras opiniones no son tan importantes ni interesantes como las de los demás.
En definitiva,
que no somos personas atractivas ni dignas de tenerse en cuenta. Mantendremos entonces pocas expectativas, muchos silencios y un lenguaje no asertivo. Ni pediremos ni reclamaremos, con lo que nos condenamos a una invisibilidad que nos destruye. Pasamos a ser personas dependientes y otorgamos autoridad sobre nuestras vidas a todos aquellos a quienes creemos superiores y más sabedores de lo que necesitamos nosotros que nosotros mismos. Una alerta para saber que nuestra confianza está vulnerada es analizar las dudas, permanentes compañeras de viaje de quien no cree en si mismo. Aparecen dudas sobre cómo hacer, qué hacer; sobre los demás y sobre su honestidad, pues el listón de medir que se aplica a los demás, es el mismo que se tiene para uno mismo. Y si se desconfía de uno, se es escéptico con el otro, lo que conduce a una visión negativa de todo y de todos. Se es una persona tensa y con tendencia a controlar las relaciones sociales, que además desconfía de la amabilidad gratuita de su interlocutor.
La falta de confianza
provoca que se asuman imprudentemente o no se asuman los riesgos y dificultades del acontecer cotidiano, con lo que se va dejando de aprender, de experimentar y en definitiva, de vivir el día a día.
Las relaciones: cuidarlas o descartarlas
Si bien la confianza nace en nuestro interior, su crecimiento y desarrollo está muy ligado a las relaciones que mantenemos y a las respuestas que obtenemos en ellas. Por ello, es también nuestra responsabilidad seleccionar, cuidar y mimar las personas con las que nos rodeamos y algo muy importante, apartarnos de las que minan nuestra confianza y, por ende, nuestra autoestima.
Habremos de entender que para que exista una relación es imprescindible que exista confianza, por lo tanto, en nosotros está el abrigar una buena confianza como punto de arranque y garantía de la buena salud de nuestras relaciones. Esto nos permitirá salir de nosotros, abandonarnos en los otros y mostrar nuestra vulnerabilidad. Un ejercicio necesario para que las relaciones, amorosas, familiares o fraternales sean un verdadero encuentro sereno y cómodo, que posibiliten un enriquecimiento personal. Nos permitirán vivir en equilibrio, armonía y autenticidad.
En consecuencia,
confiar en nosotros es abrir la puerta para hacer el camino de nuestra vida, y es también la esperanza y la ilusión con la que se mueve una existencia que sabe de su sentido y proyecto allí donde vive.
Potenciar la confianza en nosotros viene de la mano de…
*Conocernos todo lo posible y de una forma continuada, ya que vamos experimentando cambios, con la máxima honestidad.
*Vivir activos: opinando, eligiendo, escogiendo, significándonos.
*Valorar y congratularnos de nuestras capacidades y posibilidades.
*Constatar nuestras limitaciones, para saber ser realistas.
*frontar retos y riesgos con prudencia y sensatez.
*Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación abierta, positiva y sincera sea una constante.
*Dejar de lado la tensión y el control continuo.
*Permitirnos mostrarnos tal cual somos, sin tapujos ni máscaras o escudos. 😉
Fuente: revista.consumer.es
[SIZE=4]:noangel::noangel::noangel:
La confianza en DIOS y en nosotros mismos ,deben ser los pilares de nuestras vidas. Sólo así podremos ser felices.
Gracias Sakury, y atí Tomás por el aporte.
Dios les bendiga por siempre.:noangel: [/SIZE]
Y pues el temor muchas veces no nos permite tener la confianza que necesitamos; por lo cual, quitàrnoslo es el primer paso para abrirnos confiados a Dios y a los demàs, con fè y esperanzas. 🙂
Es una tema muy importante, ya que para cualquier tipo de relacion que adquiramos la confianza es lo fundamental como el respeto…. Pero mas que todo depositemos nuestra confianza en Dios….
Respeto sus ideologías pero no las comparto, que pasa que si no confio en Dios no voy a ser feliz?ay que ver Dianis, eres un poco drástica, no?:lol:, no en serio, creo que para ser felices se necesitan bastantes cosas más, pero bueno como el tema es sobre la confianza creo que la mayor confianza debe de ser la que tengamos en uno mismo, teniendo confianza se pueden lograr muchas cosas o casi todo. También creo que para que exista una relación de confianza con la gente que conoces o no es como dice Tomás a lo largo del tiempo aquellas personas que te aportan seguridad y cariño son con las que existirá una relación de confianza, porque está claro que no vas a confiar en nadie que no te de seguridad y te valore, aquellas personas que las has necesitado y no te han fallado y reciprocamente, claro! eso es la confianza:)
Es muy vàlido tu comentario Fany, pues no todas las personas creen en Dios y por lo mismo no basan su felicidad en Èl. De igual modo, al no creer en Dios, si creeràn en algo o alguien que les dè fuerzas y esperanzas en sus vidas… tambièn pueden haber personas que no creen en nada; todo es vàlido para cada uno, dependiendo de su ideologìa y su credo. Aùn asì, nos debemos mutuo respeto.
Sobre la confianza, pienso que èsta parte de nosotros mismos; si creemos en nuestras capacidades tendremos el valor y fuerzas necesarias para surgir en nuestra vida. La confianza en quienes nos rodean es tambièn primordial, dado que no estamos solos en el universo y, queràmoslo o no, formamos parte de la vida de otras personas, personas que tambièn necesitan confiar en nosotros.
Y para quienes creemos en Dios, la confianza que depositemos en èl es muy necesaria siempre… si no tenemos fè en êl, nada tenemos.:sip:
Buen Tema Sakura, felicidades! 🙂
Para mi, mi Fanny bella, Dios es el pilar en mi vida, y respeto muchísimo las creencias de todas las personas , porque no todos somos iguales.
Dios nos da siempre la fortalece para asumir cada etapa de nuestra vida, confiando en él y en nosotros mismos.
Ycomo dice verito, puede que no todos confien ni tengan fé en Dios ,pero en alguien creerán. Y a ese ser supremo es al que me refiero,para mi Todos son el mismo.Lo importante es creer en alguien. Eso es lo realmente importante.
Dios les bendiga.
uufff!!!! Dianis comparto contigo tus comentarios y tambien se que cada cabeza en un mundo, pensamos diferente, creemos o no y por supuesto es respetable pero de lo que si estoy segura ..es que el conocer a Dios y el aceptarlo en mi vida, el poner mi confianza en El , el despertarme por las mañanas y dar gracias por la vida , el dormirme por la noche y pedir en oración que cuide mis sueños, esto y mas es tenerle confianza y aparte pues va de la mano el tenernos confianza nosotros mismos y el confiar en los demas. Dianis gracias por tus comentarios siempre es agradable leerte me trasmites paz y buen ánimo.Y quienes creemos y confiamos en Él pase lo que nos pase, por mas duras que sean las adversidades……no nos dejara caer:plove:
“Para quienes creemos en Dios”….
Totalmente de acuerdo chicas… y es que , lògicamente, si hablamos de basar nuestra felicidad y confianza en Dios es PORQUE CREEMOS EN DIOS .
Ahora, las personas que No creen en Dios, pues lo haràn de acuerdo a sus propias creencias e ideologìas, totalmente vàlidas y aceptadas como las nuestras. Y por lo mismo, merecedoras de un respeto absoluto y recìproco. 😉
Sí, hay quienes No creen en Dios y basan su fé en otras creencias que, aunque son desconocidas por mi y muy diferentes a las mías.. yo las respeto y valoro tanto como a las propias.
También hay personas que no creen en nada e igualmente tienen mi respeto.
Pero, para quienes creemos en él, las bases de nuestra fe son fundamentales e imprecindibles.
Y no se trata de ser drásticos :eek:, sino de ser fieles a nuestras creencias… y que son igualmente válidas que las que no lo son :sip:.
Yo creo firmemente en Dios y mi felicidad y confianza están dirigidas primero a él. ^.^
Respeto y aceptación por la diversidad… es, sin duda, una forma de confianza y felicidad también. 😉
Gracias Lupita, es verdad, por dura y triste que sea la situación,,él siempre esta ahí , ayudandonos y respaldandonos sin desfallecer en el intento que entendamos sus decisiones.