Up: Una aventura de altura (2009)

En Up: Una aventura de altura (EU, 2009) dirigida por Pete Docter y Bob Petersen, guionistas respectivamente de dos obras clave de la Casa Disney del nuevo milenio: Wall-E y Buscando a Nemo, resulta apabullante el alto grado de tecnología digital animada alcanzado por Pixar.

No obstante, el mayor mérito del filme radica en la enorme sutileza para contar la historia interior de los personajes centrales, dentro del gran relato de aventuras, acción y humor que le sirve de empaque.

El filme arranca con un noticiero cinematográfico, en el que se relata la odisea del temerario explorador Charles Muntz en las intrincadas Cataratas del Paraíso en Sudamérica, donde intenta atrapar a una gigantesca ave para convencer a la comunidad científica de su existencia.

Después, en poco más de cinco extraordinarios minutos, Up: Una aventura de altura narra la historia de dos niños ‘freaks’ obsesionados con Muntz: Carl Fredicksen y Ellie, quienes se hacen amigos inseparables, al crecer inician un romance y viven una larga y feliz vida en pareja.

Sin embargo, los imprevistos de la vida, incluyendo la muerte, impiden que Ellie logre cumplir su sueño de instalar su casa en la cima de las cataratas que la fascinaron desde niña.

Lo que sigue, es la aventura del anciano Fredicksen, una suerte de achacoso Spencer Tracy, quien decide trasladar su casa, arrastrada en el aire por centenares de globos inflados con gas, al paisaje sudamericano que lo atrajo desde su niñez.

Aquí, Up: Una aventura de altura se trastoca en una muy divertida ‘buddy movie’ con la presencia de un notable personaje: el polizonte que encarna un obseso, solitario y valeroso niño explorador llamado Russell (voz de Irving Corona).

Así, el anciano Fredicksen y el pequeño tendrán que lidiar con el viejo Muntz, sus violentos canes que hablan, Dug otro perro hablantín con dudas existenciales y Kevin, la exótica ave.

Más allá de las muy divertidas situaciones, de las referencias-homenajes a los seriales fílmicos de los años 30 y 40, e incluso a relatos clásicos de Disney como Saludos amigos (Hamilton Luske, 1943), Up: Una aventura de altura propone realidades cotidianas contundentes y lo hace con emoción, inteligencia y sutileza, de ahí que sus personajes sean tan humanos y entrañables, sin caer nunca en el sentimentalismo, en una película para niños sumamente adulta. FUENTE: Rafael Aviña