ParaNorman (2012)

Desde “King Kong” (Cooper-Schoedsack, 1933) y sus brillantes efectos especiales creados por Willis O’Brien, la técnica de stop motion sigue vigente, aprovechando además las nuevas tecnologías digitales a su servicio.

Ahí está el caso del concepto logrado por Wes Anderson para “El fantástico Sr. Zorro” (2009) o “Coraline y la puerta secreta” (2009) de Henry Selick, retomado por Chris Butler y Sam Fell para la creación de la muy entretenida “ParaNorman” (EU, 2012).

Una curiosa fábula infantil con algunas muy saludables posiciones políticamente incorrectas tratándose de una película “para niños”. La trama, se centra en Norman, un niño solitario y rechazado con una peculiaridad muy especial: tiene la capacidad de comunicarse con los muertos, habilidad paranormal que le granjea todo tipo de burlas y problemas.

No obstante, cuando el suburbio donde habita se vea amenazado por la ancestral maldición de una bruja, provocando que los culpables de la muerte en la hoguera de la hechicera se levanten de sus tumbas, Norman será el único capaz de enfrentarla.

Lejos de una reelaboración de “Sexto sentido” (Shyamalan, 1999), “ParaNorman” recupera temas y elementos del cine y la literatura de los 70 y 80, como “La hora del vampiro” (Hooper, 1979), escrita por Stephen King.

En ella, un adolescente fanático de las cintas de horror, cuya recámara estaba tapizada de pósters y figuras del tema, hacía frente a una maldición sobrenatural, e incluso, participaba en una obra teatral escolar sobre los padres peregrinos, al igual que Norman, quien junto con su hermana Courtney, Neil otro niño marginado, y Mitch, hermano de éste, se ven acorralados por los zombies.

Los realizadores, Butler -creador de los storyboard de “Coraline y la puerta secreta” y “El cadáver de la novia” (Burton, 2005)- y Fell -“El valiente Desperaux” (2008) “Lo que el agua se llevó” (2006)-, han logrado una muy divertida mezcla entre “Los Goonies” (Donner, 1985) y “Tierra de zombies” (Fleischer, 2009), en animación stop-motion 3D.

Todo, en un filme con estupendo diseño de personajes y un atractivo espíritu crítico y sensible infantil, al estilo de los capítulos de “¡Hey Arnold!” (1996-2004), creados por Nickelodeon. FUENTE: Rafael Aviña.