Frankenweenie (2012)

Víctor Frankenstein es un niño tímido y aficionado al cine que vive feliz en el pueblo de New Holland, en compañía de su padre, su madre y su perro Sparky, quien es su mejor amigo.

Sucede lo impensable: Sparky corre a rescatar la pelota que fue lanzada hacia una transitada calle y… ¡plop! Adiós perrito. Víctor se encuentra desecho.

Pero no por mucho tiempo: en la escuela, el científico Profesor Rzykruski experimenta aplicando corriente eléctrica al cuerpo inanimado de una rana. Víctor acaba de tener una idea genial para recuperar a su Sparky.

Esta cinta de Tim Burton está basada en un corto del mismo nombre que el cineasta realizó en 1984, hace casi 30 años. Como era de esperarse, la historia ha sido corregida y aumentada para obtener un largometraje: una trama más compleja que presume un mayor número de tenebrosos personajes.

Así es, Burton le ha dado un cariz más oscuro a esta cinta, que se enfatiza por su animación. Mientras que en la original los protagonistas de carne y hueso daban un tono amigable pese al sombrío guión, este filme animado en ‘stop-motion’ rebosa de los clásicos diseños de Burton, personajes lánguidos y de ojos desorbitados que resultarán -atención papás- tétricos para muchos niños.

Claro que el timbre macabro es precisamente el sello de este director, como lo es la atención al detalle -ojo con las lápidas del Cementerio de Animales- y el abundante humor negro.

Lo mejor, sin duda, es que Burton consigue algo que ya extrañábamos en sus últimos filmes: dotar a sus personajes de humanidad y ternura, logrando empatía con aquellos que hemos perdido a seres -y mascotas- queridos. via Adriana Fernández