“Soy el Jesús de Marvel”, dice el irreverente mercenario Deadpool en un momento. La frase tiene su contexto, pero después de varios fracasos, suena a esperanza comercial para la compañía.
Deadpool & Wolverine llega en un momento en que el cine de superhéroes anda por los suelos, ha cansado al público, y simplemente han estrenado películas sin sentido o calidad.
Con dos cintas a cuestas (2016 y 2018), el asesino volverá a llenar la pantalla con incorrección política, destinadas a un público bastante adulto. Y la compañía de Mickey espera que le ayude a superar la recaudación de las otras, por casi mil 570 millones de dólares.
Y no solo eso, en Deadpool están puestas las esperanzas de toda una subindustria, que hace poco tiempo parecía que sería longeva y feliz.
‘Fatiga de superhéroes’ es otra manera de decir ‘hagan mejores películas’. Algo que no pasa con los dramas, comedias o la acción. Se requieren películas más inteligentes cuando están basadas en personajes reconocidos y de apostar por lo que realmente funciona.
Cuando se pone énfasis en los personajes por encima del espectáculo, porque los efectos especiales ya no son tan especiales. Al final, se trata que la gente recuerde cosas que dijeron o sintieron los personajes.
Entonces, ¿qué significa el aterrizaje de Deadpool y el X-Men Wolverine a Disney/Marvel Studios tras haber formado parte de 20th Century Fox?
Al pertenecer ahora a la compañía del ratón, los creadores no bajaron de nivel las bromas subidas de tono: en esta cinta clasificación C se burlan de todos, en particular de su nueva casa.
El multiverso justifica la llegada del antihéroe, quien siempre había querido ser importante, a la línea temporal “sagrada” de Marvel, aunque antes deberá hacer equipo con el mutante para salvar su propio mundo, amenazado por Paradox, de la Autoridad de Variación Temporal.
De paso, en su aventura conjunta, enfrentarán un reto inédito en la poderosa Cassandra Nova, hermana gemela del profesor Charles Xavier, con quien comparte poderes telequinéticos y telepáticos.
En cuanto al hosco guerrero con garras de adamantium, miembro de los X-Men, él murió al final de la película Logan (2017), aunque el que aparece aquí no tiene por qué ser ese Wolverine.
Gracias a los propios actores, el proyecto es una versión superheroica de esas películas de parejas policiacas de los años 80, como agua y aceite pero juntos, a regañadientes, en pos de una meta común.
Sin embargo, a final de cuentas, los personajes no son tan distintos: tienen el poder de la curación y son atormentados por demonios que combaten con una máscara de humor interminable (Deadpool) o de furia misántropa (Wolverine).
Te hace recordar a Nick Nolte y Eddie Murphy en 48 Horas o a la pareja de Nada en Común (John Candy y Steve Martin). Funciona y, de alguna manera, saca lo mejor de ambos personajes.
Uno de los puntos altos del filme será ver por primera vez a Wolverine, en acción real, luciendo su clásico traje amarillo y azul, tal y como apareció en los cómics en 1974.
Había esta creencia colectiva de que no se iba a ver bien. Se ve genial en las historietas, ¿pero en la vida real? Ahora no podrás al personaje sin vestir de amarillo, fue perfecto.
El primer encuentro de estos superhéroes se dio en el número 88 del cómic “Wolverine”, de 1994. En él, después de una intensa batalla, Wade Wilson y Logan se volvieron amigos. Ahora, protagonizan la película a la que le dieron nombre.
Dirigida por: Shawn Levy
Con: Ryan Reynolds, Hugh Jackman, Emma Corrin, Matthew Macfadyen, Jon Favreau.
Estudio: Marvel Studios
Sitio Oficial: marvel.com
Rating: R -Mayores de 18 Años-
Fechas de Estreno: EE.UU. 26 – Jul, ESPAÑA 25 – Jul, MÉXICO 24 – Jul