Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald (2018)

En Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald, un villano más peligroso que el mismísimo Lord Voldermort, el Señor Oscuro de la saga de Harry Potter, se alza y amenaza no sólo al mundo mágico, sino el de los muggles.

No porque el mago Gellert Grindelwald sea más poderoso que “El que No Debe Ser Nombrado”. Si no porque, sencillamente, es más seductor y carismático. Y cree que está haciendo un bien mayor.

Hay que tener paciencia. Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald (Gran Bretaña-EU, 2018) es tan sólo la segunda de las cinco películas anunciadas de esta nueva franquicia escrita por J.K. Rowling, a cargo todas del hábil David Yates, responsable de los últimos cuatro títulos de la saga Harry Potter.

Es decir, se trata de alguien que conoce el estilo de una autora con muchas ideas por contar y conectar como lo demuestra esta digna secuela.

Lo más sorprendente es que el encanto del magizoólogo Newt Scamander se equipara al de un sorprendente Grindelwald, el hombre que desea trozar la paz entre magos y muggles.

Queda claro, que esta nueva serie tendrá como una de sus mayores fortalezas, la presencia del siniestro hechicero que intentó dividir a la cofradía de nigromantes antes que Lord Voldemort y por las fechas que se ambienta el relato puede verse como una alegoría del nazismo.

Los escenarios de Londres, Nueva York y Hogwarts palidecen ante esa fascinante ambientación en el París de fines de los años veinte o los espectáculos circenses de hechicería.

Un atractivo extra es la presencia breve de un estupendo profesor y mago Dumbledore que intenta convencer a su ex alumno Scamander de detener las fuerzas oscuras que rodean a Grindelwald.

Sin duda, los efectos visuales y las secuencias de acción y suspenso resultan superiores a las de su predecesora, pero insisto es un relato de transición que tomará mayor interés en la siguiente entrega. via Mario A. Colina, Rafael Aviña