Mi Villano Favorito 2 (2013)

Gru está de vuelta, pero esta vez el villano ya no es el mayor malvado del planeta. Y es que en Mi Villano Favorito 2 (Despicable Me 2, 2013), el personaje se ha convertido en un justiciero.

“Voy a salvar al mundo”, declara con una gran sonrisa a sus pequeñas hijas adoptivas, Margo, Edith y Agnes. Esta vez, junto a su legión de simpáticos Minions, Gru tiene una nueva vida, pues desea ser un padre ejemplar y llevar una existencia como la de cualquier familia.

Gracias a eso, se olvida del crimen y lanza un negocio de mermeladas. Pero no está satisfecho, así que, cuando recibe una inesperada propuesta, Gru revive. Junto a Lucy Wild, una agente de la Liga Antivillanos, que lucha contra el crimen, este ex villano se lanza en contra de El Macho.

El dúo que Gru y Lucy forman es comparable al agente 007 y su chica Bond, con una serie de divertidas situaciones inspiradas en el agente británico.

El Macho, quien porta una máscara y capa de luchador, y que tiene una doble vida como Eduardo, el propietario de un restaurante mexicano, es ahora el mayor villano del mundo y autor de un robo espectacular. Y Gru es el único que puede detenerlo.

Al lado de Gru, los Minions acaparan la pantalla. Las simpáticas criaturas amarillas, que en la primera cinta eran los secuaces del villano, en la segunda entrega se transforman en asistentes domésticos y nanas perfectas de las tres pequeñas, y vuelven a robarse la trama con su comicidad.

Los creadores del filme, el estadounidense Chris Renaud y el francés Pierre Coffin, explican que la idea no era sólo dar seguimiento a la historia, sino también renovar a Gru.

“El reto era hacer que los personajes evolucionen”, dijo Renaud. Mi Villano Favorito 2 es también una historia de amor para grandes y chicos, pues varios de los protagonistas son tocados por cupido.

“En la primera película, Gru descubre la paternidad y en esta segunda descubre el amor“, explicó Coffin. La incógnita es saber si Margo, Edith y Agnes lograran que la agente Wild también se convierta en su mamá. FUENTE: Minerva Hernández y Jorge Santamaría.