Cómo Entrenar a tu Dragón (2010)

Ahora es la escritora inglesa Cressida Cowell de literatura infantil y libros de aventuras fantásticas quien aporta la trama de su obra más exitosa, Cómo entrenar a tu dragón (2003), para el cine.

La obra será trastocada en un nuevo vehículo de entretenimiento animado de la única compañía capaz de hacerle cierta sombra a Pixar: los Estudios Dreamworks.

El equipo encargado del guión y dirección, Dean DeBlois y Chris Sanders, fogueados en la antigua factoría Disney, son los responsables de Lilo & Stich y guionistas de Mulan y Aladino, entre otras.

Si descontamos Shrek y secuela, Cómo entrenar a tu dragón (EU, 2010) resulta muy superior a obras como Madagascar y Kung Fu Panda.

Se trata de una eficaz y entretenida comedia de acción y aventuras ambientada en un mundo mítico de fieros vikingos dedicados a cazar dragones que arrojan fuego.

El protagonista es un flacucho adolescente llamado Hipo, cuyo cuerpo, ideas y humor, chocan con la tribu vikinga de su aldea, cuyo jefe es el propio padre de Hipo, Estoico el Vasto.

No obstante, su vida y la del pueblo, dará un giro cuando Hipo trabe amistad con un dragón herido al que bautiza como Chimuelo, aunque en realidad es Furia Nocturna, el más peligroso de su especie.

En una suerte de puesta al día y clave vikinga de La espada en la piedra (1963), el enclenque y tímido Arturo se ha convertido en un obstinado jovencito que suple la fuerza con inteligencia y sensibilidad, en una película muy divertida repleta de efectivos y ágiles gags. Pero, sobre todo, de un extraordinario trabajo de animación en 3D, incluyendo el diseño de producción.

Tiene algunos momentos tan buenos que hacen recordar a Avatar de James Cameron, con una animación 3D muy superior a la Alicia de Tim Burton: Cómo entrenar a tu dragón sí fue planteada como una obra tridimensional.

Todo ello, con un relato previsible en apariencia: el del joven delgaducho en un universo de musculosos y brutos que logra sensibilizar a su comunidad, con una interesante vuelca de tuerca en el desenlace, que rompe con el molde del héroe y con el aparente final feliz.

Esto hace a la cinta aún más interesante y la acercan a la sensibilidad de otro autor con algunos relatos infantiles como lo es el Ray Bradbury de La feria de las tinieblas, por ejemplo. FUENTE: Rafael Aviña