Animales ¿Cómo nosotros?

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¿Por qué a los humanos les gusta ofender a alguien o sancionar alguna actitud diciendo con molestia “¡animal!”? ¿Será posible que los animales alguna vez empleen algún movimiento o sonido particular, en su propio lenguaje, para decirles a los de su especie “pareces humano”?

Desde el punto de vista de la etología, rama de la biología que se estudia el comportamiento animal, ellos y nosotros somos justo eso: animales; pero existen diferencias entre las razones que mueven las acciones de unos y otros.

“Los humanos, ‘sapiens’ y ‘conscientes’, en términos generales no se dan cuenta de lo bello de la naturaleza y de la gran fauna que les rodea, porque son la especie ‘superior’, pero están muy lejos de mantener el respeto que se debe tener por todas las especies animales que existen en el mundo, además de su responsabilidad por cuidarlas y conservarlas”, escribe Ciriaco Tista Olmos en su libro Los Animales y Yo, de Ediciones Eón.

Para tomar un poco más de conciencia sobre qué mueve a los animales a comportarse de determinada manera, el médico veterinario egresado de la UNAM, en México, contesta en 12 capítulos interrogantes que probablemente pocos humanos se hayan hecho: ¿los animales miden el tiempo, respetan a sus ancianos, se suicidan, son drogadictos?

A través de un diálogo con Edgar, un amigo imaginario, el autor refiere múltiples estudios científicos, para dar respuesta a ellas.

Tista Olmos asegura que conocer y, en algunos casos, observar el comportamiento animal le ha permitido comprender el por qué de tantos problemas en la vida de los humanos.

“Entender porqué somos tan complicados, y que si fuéramos más observadores y aprendiéramos algunas de esas ‘conductas animales’, tal vez la vida sería más sencilla, pues a diferencia de ellos poseemos un desarrollo cerebral, creatividad y conciencia” menciona.

Echarse un clavado, cual gaviota tras su presa, al mar de conocimientos vertido en dicho libro, le puede dar, además de un buen rato de lectura amena, varias razones para observar las ventajas de ser un poquito “más animal”.

Aunque hay debates sobre el comportamiento animal, Tista Olmos asegura lo siguiente:

¿Miden el tiempo?

No. Ellos sólo se guían por el Sol y su reloj biológico. No tienen días ni horas, tampoco saben cuándo morirán; los animales de cualquier especie no tienen conciencia del tiempo y viven felices.

¿’Preparan’ sus alimentos?

No. Carnívoros nocturnos o diurnos, terrestres, acuáticos o voladores nunca piden cortes de sus presas en término medio o bien cocido. Ellos comen para alimentarse y como mantenimiento de su organismo, nunca por placer.

¿Son altruistas?

No. Los animales nunca sienten compasión por otro, cuando ayudan a los de su propia especie es para la supervivencia de ésta. Las leonas, por ejemplo, pueden amamantar a cachorros ajenos para lograr la supervivencia de todas las crías del grupo al que pertenecen, pues entre menos miembros, son más vulnerables.

¿Se suicidan?

No. Nunca un perro deprimido se arroja a las ruedas de un vehículo, tampoco un perico cansado de vivir se acerca a un perro furioso por estar encadenado para convertirse en bocado voluntario. Aunque muchas teorías explican “suicidios” animales, en especies como las cabras, el miedo natural al peligro de convertirse en presa es mayor que su depresión psíquica, de ahí que cuando éstas se ven perseguidas por cazadores “prefieran” saltar al vacío.

Antiguo interés

· Se considera que los hombres ya plasmaban en las pinturas rupestres algunas observaciones de la conducta animal.
· En el siglo 12, se ubica a San Francisco de Asís y a San Alberto Magno como precursores de la etología.
· Charles Darwin es el principal representante de la etología moderna, especialmente con su obra El Origen de las Especies, que publicó en 1859. FUENTE: Georgina Montalvo

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"A tubby, little cubby all stuffed with fluff".
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