Otra historia sobre Winnie the Pooh

dianis
7 Min Lectura

:heart::heart::heart:
Hola Barrigones acà les coloco una nueva historia de nuestro Winnie Pooh.

La verdadera historia de Winnie

¿¿Alguien se ha parado a pensar de dónde salió ese oso amarillento con tanta “pluma”??
Todos, quien más quien menos, sabemos que Mickey fue creado por Walt Disney y que ha ido evolucionando poco a poco hasta convertirse en el Mickey que hoy conocemos. Pero de Winnie… poquito (aunque seguro que tambien se monta sus fiestecillas)

Circulan por ahi decenas de leyendas relacionadas con personajes animados o de televisión (que si Winnie the Pooh, que si los Teletubbies, o la publicidad subliminal de las películas Disney…); pues bien, os voy a contar un poco de Winnie the Pooh, aunque no sé si despejaremos las dudas sobre su orientación sexual 😉

El caso del osito Winnie es único en el mundo de los personajes infantiles. No es el primero que nació como un personaje literario, pero sí aquel que antes había sido un peluche real, a su vez inspirado en una osa negra americana.

Toda la historia comenzó en 1914, cuando un tren que transportaba tropas con destino a luchar en Europa se detuvo en un pequeño pueblo de Ontario. El teniente veterinario salió a estirar las piernas y encontró un cazador con una cría de oso negro; había matado a su madre, y el teniente le compró el cachorro por 20 dólares. La llamó Winnie por Winnipeg, de donde provenían las tropas. El cachorro se convirtió en la mascota de la brigada a la que él pertenecía.

A su paso por Inglaterra, prefirió dejar a Winnie en el Zoo de Londres para que la cuidaran mientras él continuaba su camino. Aunque otros cinco osos más fueron dejados por tropas canadienses, Winnie se convirtió en la favorita del público. Al acabar la guerra el teniente pasó a recogerla, pero tras ver cómo la gente la apreciaba decidió dejarla allí. Volvió varias veces a visitarla hasta que la osa murió el 12 de mayo de 1934.

Por iniciativa del hijo del militar, en 1992 se descubrió en el Zoo de Winnipeg una estatua representándolo de pie cogiendo de las patas al cachorro. Poco después se llevó al Zoo de Londres una copia donada por el gobierno.

Pero volvamos hacia atrás: el niño Christopher Robin Milne (a más de uno le sonará), acudió al Zoo cuando tenía cinco años y allí conoció a Winnie, de la que se hizo amigo hasta el punto de que los cuidadores le dejaban pasar dentro del recinto para jugar con ella; la osa adoraba la leche condensada (no la miel, como se piensa), y Christopher proporcionársela. Esa primera visita inspiró a su padre, A. A. Milne, escritor, un poema.

Curiosamente, Alan Alexander Milne y su familia se habían mudado al bosque de Ashdown, ese que luego aparecería como “el bosque de los Cien Acres” en las aventuras de Winnie-the-Pooh. Su mujer había regalado a su hijo un típico osito “Edward” por su primer cumpleaños. Tras conocer a Winnie, Christopher Robin rebautizó a su osito con el nombre de Winnie-the-Pooh. Lo que no queda tan claro es de dónde viene lo de “Pooh”…

A. A. Milne escribió varias obras de teatro y novelas, pero ninguna alcanzó el éxito de los libros sobre el “Osito de Poco Cerebro”.

Christopher Robin era el típico niño inglés de clase media de la época; era cuidado por una niñera y veía poco a sus padres. El ser incluido en los libros de Winnie le provocó problemas en su etapa escolar y durante años guardó rencor a su progenitor, volviéndose realmente introvertido. A pesar de estos trastornos ocasionados por ser asociado al personaje de los libros, luchó activamente para que el bosque de Ashdown (“Bosque de los Cien Acres”) no fuera convertido en explotación petrolífera.

En 1981 descubrió en el Zoo de Londres una estatua a tamaño natural de la osa Winnie en recuerdo de su padre, pero se encontraba realmente resentido. Prueba de ello es que la única conexión que había en su casa con el mundo de Pooh era la foto del puente de los Poohsticks (que se encuentra en el bosque de Ashdown y que, tras ser restaurado, tomó ese nombre, inventado por A. A. Milne para sus libros).

Hablemos de los personajes:

Pocos saben que tanto Winnie, como Piglet, Tigger (que sólo apareció en el segundo libro), Eeyore (Igor en español), Kanga (Cangu) y Roo (Rito) eran juguetes reales de Christopher; mientras que Rabbit (Conejo) y Owl (Buho) fueron inventados por su padre inspirándose en los animales del bosque donde vivían. Gopher (Topo), el constructor compulsivo, fue añadido por Disney.

Los peluches originales se exhiben actualmente en la Biblioteca de Nueva York. Roo (Rito en español para mantener el juego de palabras con el nombre de su madre: Kanga-Roo, Cangu-Rito) no ha llegado a nuestros días, ya que se perdió en el campo.

Entre los entusiastas de los libros de Milne se encontraban las propias hijas de Walt Disney, que acabó comprando los derechos de imagen. Tanto han evolucionado sus películas que en 2005 se estrenó en España “La película de Héffalump” (que se puede traducir como La película del “efalante”).

Es equivocado pensar que Milne escribió los libros para el público infantil; tampoco eran para su hijo. El propio Christopher Robin reconoció que su padre no se los leía. Los matices sicológicos de los personajes no son apreciables por los lectores más pequeños. Winnie, por ejemplo, alcanza tal simplicidad que es caso de estudio (de hecho ya se ha escrito algún libro de sicología tratando el tema). Fuente: Esta reseña la encontre en Google

Bueno, espero les guste…..:drop:

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